Los elevados precios, las restricciones legales o el auge de las viviendas para uso turístico hacen prácticamente inaccesible alquilar un inmueble en Marbella.

Profesionales del sector consultados por La Opinión de Málaga coinciden en destacar las dificultades para encontrar un apartamento a un precio «razonable».

El agente inmobiliario David Rueda califica de «imposible» encontrar una vivienda cuyo alquiler oscile entre los 500 y 800 euros al mes. «El mercado de alquiler sólo es dinámico a partir de 2.000 euros o en corta temporada», señala.

Rueda asegura que es «necesario ampliar el radio de búsqueda para encontrar algo». «Hace dos o tres años había que pensar en Ojén, Las Chapas o Nueva Andalucía, pero ahora hablamos de más de 30 kilómetros de distancia, fuera del municipio, zonas como La Cala de Mijas, Coín o Guaro», explica.

Según Rueda, «faltan propiedades para alquilar por temporada larga y cuando las hay, el propietario es, a menudo, remiso a hacerlo. Abundan los casos en los que le reclaman a un inquilino el pago de un año por adelantado».

El agente inmobiliario agrega que el auge de los apartamentos destinados a los viajeros ha llegado a los barrios y sus propietarios evitan registrarlos como turísticos para eludir la normativa. «Les informamos, pero cuando ven lo que hay, prefieren alquilar por su cuenta», apunta.

Otra profesional del sector, Teresa Jiménez, explica que en las zonas próximas al centro urbano y la playa sí hay más concienciación en esta materia y rara vez los dueños buscan burlar la ley».

Otro factor significativo que afecta al mercado de alquiler de larga temporada es que la norma, según los expertos, es restrictiva y, en teoría, impide aquella práctica tan frecuente antaño en municipios turísticos como Marbella. Es habitual, indican, que un apartamento se alquile por un periodo de nueve meses. Cuando llega la temporada vacacional, el inquilino debe marcharse porque la vivienda se arrienda a precios que, durante la época estival, triplican los de la temporada baja. Son los conocidos como «pisos para profesores».

Jiménez explica que «hay mucha ingenuidad por parte de los inquilinos, que, o no saben, o aceptan condiciones que la ley no permite. Si el alquiler es de más de tres meses, se convierte en larga temporada y pasa a un contrato de tres años que el propietario solo puede romper si necesita la casa como primera vivienda y lo acredita».

Otro caso habitual del que, asegura, ha sido testigo en el mercado inmobiliario es el de personas que ponen en alquiler su vivienda habitual durante dos o tres meses. «Sacrifican el verano, se quedan en casas de familiares o buscan cualquier otra solución y con lo que sacan pagan los gastos de su casa», explica la agente.

Otro elemento que afecta al estancamiento de los alquileres de viviendas de larga temporada en Marbella es que, desde hace al menos una década, apenas se construyen en el municipio viviendas de perfil medio, bloques de apartamentos asequibles, señalan los especialistas consultados.