Francés. 58 años. Asesinado a tiros en Marbella. Un nuevo y escandaloso crimen sacude la Costa del Sol para acumular el trabajo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, desbordadas por numerosos ajustes de cuentas que se han producido en la provincia en los últimos meses, muchos de ellos en plena calle y hasta ahora impunes. En este caso, el asesinato se produjo sobre las 20.30 horas del martes en la vivienda de la víctima situada en la calle Pizarra, en la lujosa urbanización Cortijo de Nagüeles, donde un francés de 58 años fue acribillado cuando accedía a su casa por un hombre con un arma larga que huyó en moto buscando la autopista, según fuentes cercanas a la investigación. Le estaban esperando. Las actuaciones, declaradas secretas, apuntan a un nuevo ajuste de cuentas ligado al narcotráfico.

El discurso de los «incidentes puntuales» al que recurren las autoridades de la Costa del Sol comenzó a hacer aguas hace ya unos meses. Antes incluso de que un hombre fuera ejecutado en público a finales de octubre en El Bajondillo (Torremolinos) mientras cenaba. La víctima, de 33 años, fue identificada como presunto miembro de una organización criminal holandesa especializada en tráfico de drogas y extorsiones que operaba con armas de fuego y explosivos. No obstante, semanas antes de su muerte fue detenido por su presunta implicación con un artefacto hallado en Marbella. Su arresto, sin embargo, no evitó que la madrugada del 10 octubre se produjera un hecho sin precedentes en la historia del crimen organizado en la Costa del Sol y del resto del país. Sendos ataques con explosivos provocaron importantes daños materiales en la nave y en la casa de un empresario en el polígono de San Pedro Alcántara y en Benahavís, respectivamente.

No menos escandaloso fue el asesinato en mayo de David Ávila, el joven apodado El Maradona que fue acribillado en San Pedro Alcántara delante de su mujer y sus dos hijos tras salir de la iglesia en la que celebraron la comunión de su primogénito. Antes de su muerte, Ávila recibió dos avisos con sendos incendios en sus negocios. En el gimnasio que tenía junto a la nave que fue atacada con explosivos y en el chiringuito de playa del que era socio en Estepona. Días antes de su asesinato, el cuerpo de un hombre de origen rumano con varios impactos de bala fue hallado en una cuneta de Marbella cercana al Hospital Costa del Sol, mientras que su pareja fue ingresada en este centro por la paliza que había recibido de sus captores. En Mijas, en agosto, un sueco fue torturado y asesinado en una vivienda en la que otro varón de la misma nacionalidad resultó herido. El fallecido presentaba heridas por arma de fuego y arma blanca, aunque en este caso la Guardia Civil culminó una investigación exprés con la detención de tres jóvenes nórdicos en San Roque (Cádiz) cuando se desplazaban a Algeciras con el objetivo de huir a Marruecos.

Tres días después, un español de 34 años falleció tiroteado junto al club de golf El Campanario, en Estepona, por un encapuchado que desapareció de la escena del crimen en bicicleta. En septiembre, un británico fue hospitalizado en Marbella con disparos en las piernas y heridas por arma blanca. Dos de ellas las presentaba en la comisura de los labios, una cruel agresión conocida como la sonrisa del joker. Esa misma semana, otro británico fue abatido por la Policía Nacional en Cancelada, otra vez en Estepona. Los agentes se vieron obligados a disparar después de que el hombre los recibiera a tiros en la habitación del aparthotel en el que se alojaba. El fallecido, con antecedentes por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas, estaba siendo buscado por los agentes desde que horas antes protagonizara un accidente de coche en las cercanías de Puerto Banús, donde algunos testigos aseguraron que huyó del lugar a pie y portando un arma de fuego. El enésimo escándalo se registró el 2 de octubre. Sobre las 22.45 horas, en pleno centro de la localidad, tres personas abordaron al cliente de un restaurante de la avenida España que salió corriendo al verlos. La persecución incluyó disparos y concluyó a la altura de la plaza Ortiz, donde lo alcanzaron y lo introdujeron en un coche. La Policía Nacional investiga la vinculación de estos hechos con el hallazgo de un cadáver al día siguiente en Algeciras.