­Su Dani García Restaurant, ubicado en Marbella, le dio el miércoles en Lisboa su tercera estrella de la guía gastronómica Michelin. Las distinciones anteriores las logró con Tragabuches, en Ronda, -que recibió en el 2000 con sólo 25 años-, y Calima, ya en Marbella. En aquel entonces se convirtió en el primer chef con dos estrellas de Andalucía. Desde el miércoles, con 42 años, es el primer tres estrellas Michelin de la provincia de Málaga y Dani García Restaurant, uno de los once establecimientos de España en tener la triple distinción. En Marbella, el chef marbellí también regenta Bibo y Lobito de Mar.

¿Qué es lo primero que pensó cuando anunciaron que le concedían la tercera estrella?

Experimenté una gran cantidad de sensaciones. En pocos segundos intentas acordarte de lo bueno, de lo malo, de la gente que te ha ayudado en tu carrera, de los que han estado ahí, de tu familia, de tu equipo. Fue un compendio de esas cosas metidas en una coctelera lo que pensé cuando anunciaron mi nombre, me levanté de la butaca y me acerqué al escenario.

¿Qué supone ser el único restaurante de Málaga con tres estrellas y llegar a lo más alto del ranking de la guía gastronómica?

Supone abrir un periodo de reflexión. Cuando uno tiene una estrella, quiere la segunda y, cuando la consigue, va a por la tercera. Ayer (por el miércoles) disfrute mucho, hoy (por ayer), también. Pero ahora toca reflexionar porque, tras la tercera distinción, no hay nada más. Hay que sentarse y pensar en el futuro.

¿Cuál es la receta para llegar a una mesa con tan pocos comensales?

Tienes que combinar de forma armónica una gran cantidad de ingredientes. Hay que tener en cuenta que sólo hay unos 130 restaurantes en el mundo con tres estrellas. Somos unos privilegiados, unos afortunados y así nos sentimos. Por encima de todo, estamos muy contentos con el reconocimiento.

La distinción se la han otorgado por la reformulación de la cocina regional en clave contemporánea ¿En qué consiste esa renovación?

Desde 1998, apostamos por una cosa en la que nadie creía. Es algo que recalco mucho, especialmente en días como estos. Me acuerdo de que en aquella época la alta cocina andaluza no existía como tal. No había. A nadie le daba por hacer un gazpacho, un salmorejo, platos con sardinas. Integramos una cantidad de cosas de la cocina regional que entonces eran impensables.

Tras cerca de 20 años entre los fogones ¿con qué recuerdos se queda?

Con el último, con el de ayer (por el miércoles), con la tercera estrella Michelin que hemos obtenido en el Pavilhão Carlos Lopes de Lisboa. Para un cocinero es la máxima distinción de la máxima guía. Es el punto máximo al que uno puede llegar. Es algo que solo soñarlo ya era demasiado. Ni que decir el tenerlo. Me quedo con este último recuerdo, sin duda. Yo creo que, en el mundo de la alta cocina, me quedaré para siempre con ese recuerdo, con el de la tercera estrella.

Tras la tercera estrella, ¿qué proyectos o retos quedan por delante?

Ahora dedicaré un par de semanas para reflexionar un poco. Teniendo tres ¿qué hacemos? ¿hacia dónde vamos? Voy a sentarme con mi equipo y ver qué queremos hacer. No tengo respuestas concretas a esa pregunta. Sólo que vamos a pensar, a reflexionar y ver en qué punto del mundo de la cocina estamos y dónde nos queremos situar.

¿Qué destacaría de Dani García Restaurant, por el que ha obtenido la tercera distinción?

Un restaurante es una experiencia completa. El equipo que nos lleva la sala desde muchos años es gente fundamental en nuestro equipo y parte del éxito también, una de las razones por las que te dan la tercera estrella. No sólo es la comida. Es un poco todo; dónde está, cómo es, la experiencia que vives desde que entras hasta que sales. Lo global, el todo, es tan importante como la sal que le echas al plato.

¿En qué momento se encuentra la cocina andaluza?

En el año 2000, yo era el único chef estrella Michelin, no en Málaga, sino en toda Andalucía. Hoy tenemos 15 estrellas y, por ejemplo dos establecimientos con tres distinciones. También destaco Marbella, donde nací. Tiene una importancia vital en el mundo de la gastronomía en la provincia. Tenemos que estar orgullosos de tener lo que tenemos.