La Asociación y Albergue CYD Santa María ha vuelto a denunciar las condiciones en las que viven los caballos que habitualmente tiran de carruajes para turistas en el municipio de Marbella. Como ya hiciera con las caballerizas de Teatinos en Málaga capital, la organización dedicada a la recuperación y reubicación de especies maltratadas vuelve a la carga tras participar hace unos días en la inspección de las cuadras situadas junto al centro comercial La Cañada que el Ayuntamiento de Marbella solicitó tanto al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Málaga como a los veterinarios de la asociación tras recibir «múltiples quejas y denuncias» sobre las condiciones en las que viven los equinos.

Aunque la asociación ha destacado que el estado de los animales es bueno gracias al esfuerzo de los cocheros, sí ha advertido de que el estado de las instalaciones era «lamentable», ya que presentaban elementos punzantes que suponen un riesgo para las personas y para los caballos e irregularidades en el suelo (zanjas, huecos, rampas, rejillas, etc.) en las que los équidos podrían sufrir lesiones importantes en las patas. Los problemas, según la asociación, se extienden a la red eléctrica y al peligro de incendio que supone, y a la presencia en los techos de ladrillos, paja y otros elementos que podrían caer sobre los animales. Los miembros de CYD Santa María también destacan el hecho de que se haya «condenado» tanto a cocheros como animales a vivir debajo de la autovía o de que el estiércol se deje a la entrada de las instalaciones, junto a un riachuelo.

«Es deplorable ver unas instalaciones como estas albergando caballos, independientemente de que esté a favor o en contra de su uso en grandes ciudades. Si estas licencias son concedidas, los animales deberían de gozar de un mínimo bienestar acorde a las leyes vigentes, que haría el trabajo más llevadero tanto para animales como para los cocheros», afirma la presidenta de la asociación, Concordia Márquez, quien recuerda que es el Ayuntamiento el que concede las licencias y, por tanto, «el que debería habilitar las paradas con sombra, un suelo apropiado para los animales». Márquez también insiste en que la Oficina Comarcal Agraria de Estepona (OCA) «jamás debería permitir que unos animales vivieran en esas condiciones y en el lugar que lo hacen».