­La entrada en funcionamiento del Hospital Comarcal Costal del Sol estaba prevista para tal día como hoy de 1993. Sin embargo, la atención de un parto obligó a adelantar un día la fecha de inauguración. El equipamiento sanitario cumple 25 años con el objetivo de culminar una ampliación que acumula cerca de una década de retraso, tras haber atendido 5,8 millones de consultas externas, 2,6 millones de urgencias, 315.000 intervenciones quirúrgicas y 68.000 nacimientos. También ha efectuado 97 millones de determinaciones analíticas, 3,6 estudios radiodiagnósticos y 750.000 estudios de anatomía patológica. Torcuato Romero, director de este centro, analiza la premiada trayectoria del hospital, habla de la relación del mismo con su entorno, de su proyección nacional e internacional y de los enormes retos de futuro que tienen ante sí estos profesionales sanitarios.

¿Qué valoración hace de los 25 años de servicio del hospital?

La principal valoración es que el hospital ha tenido un tremendo impacto tanto en la mejora de la salud de los habitantes de la Costa del Sol y también, muy importante, en la sociedad de la comarca. El hospital ha pasado a formar parte de la identidad de la comarca. Tanto con asociaciones como ayuntamientos de los municipios de la Costa del Sol tenemos una gran relación. Es importante destacar también el impacto económico en la comarca, ya que en el hospital trabajan unos 2.000 empleados y con un presupuesto que ronda los 170 millones de euros al año.

¿Y para el turismo, la principal actividad económica de la comarca, que ha supuesto?

Tener un hospital como este es un acicate para atraer turismo a la comarca y de calidad. Una de las razones por las que Michelle Obama (ex primera dama de EEUU) vino a la zona (en el verano de 2010) fue porque el hospital estaba acreditado por el sistema de calidad sanitaria de EEUU (la Joint Comissión International). Además, llevamos el nombre de Marbella y la Costa del Sol por el resto de España y del mundo. El impacto del hospital va más allá del sanitario.

¿Cómo espera que sea el hospital en los próximos 25 años?

Es difícil de saber. Estamos hablando de un hospital especial porque su forma de gestión ha sido distinta a las del resto del Servicio Andaluz de Salud. Nació como empresa pública hace 25 años, en el momento en que nacían todos los hospitales fuera de las capitales de provincia. Fue el primero en España en configurarse en una forma distinta.

¿Cómo recuerda los inicios del hospital?

Desde el primer día empezamos a hablar de calidad. Es una de nuestras señas. Recibimos a profesionales de toda España, animados por la novedad de poner en marcha un proyecto diferente. Así hemos venido trabajando con la calidad como referencia. El primer año ya recibimos un premio y fuimos el primer hospital de Europa acreditado por la Joint Comissión, en 1999. Lo importante de los premios es que suponen un reconocimiento del trabajo.

¿El bloqueo de las obras de ampliación es la principal rémora en este cuarto de siglo?

Ha sido un problema que se ha prolongado en el tiempo. Ha perjudicado la imagen del hospital, pero no su funcionamiento. El índice de ocupación media ronda el 65%. Si tuviéramos más espacio por supuesto sería mejor, pero tenemos un índice de ocupación que no está en el 80 o 90%. El proyecto se judicializó y los plazos judiciales en España son los que son.

¿Cree que la financiación público privada fue la mejor fórmula para financiar la ampliación?

No lo sé. Estamos hablando de otra época, con otras expectativas de cara a la economía del país. Son decisiones que se tomaron en su momento y que no nos corresponde a nosotros sino a un gobierno y en función de sus análisis.

¿A qué se deben los diferentes premios y reconocimientos que ha logrado el hospital en estos años?

A la cultura de la calidad. No se trata de ir a ganar una medalla, sino de estar siempre pendiente de analizar tu propio trabajo y ver qué cuestiones puedes mejorar. Todos los días tenemos servicios que se acreditan por agencias de calidad, sociedad científica o algún otro organismo internacional. Es una fuerza que nos ayuda a mejorar la asistencia sanitaria.

¿Qué recuerdo tiene de Pablo Ráez?

El ejemplo de lucha contra la leucemia que dio tuvo un impacto emotivo muy fuerte en el hospital. Tanto a los pacientes como al personal nos llegaron al corazón él y su lucha y su fuerza, que también trascendió en la sociedad. Fue una lección magistral que nos dio una persona excelente.

¿Qué destacaría de sus tres años al frente del hospital?

Algo de lo que me di cuenta el primer día que llegué aquí y es que el personal del Hospital se siente orgulloso de trabajar en este centro sanitario y de formar parte de él. Y esto es una de las cuestiones más importantes en el funcionamiento de cualquier empresa.