Las calles de Marbella vibraron en la noche de ayer con la procesión de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Cautivo, María Santísima de la Encarnación, Santa Marta, San Lázaro y María.

Noche despejada y un gran ambiente de pasión el que se vivió ayer por la ciudad, con gran afluencia de público, sobre todo en los alrededores de la plaza de la Iglesia, donde se ubica el templo en el que acabaron su recorrido los tres tronos que protagonizaron la procesión, acompañados de unos 180 nazarenos que desfilaron solemnemente, con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad de Jesús el Nazareno de Almogía y la Asociación Musical de Olvera.

Una hermandad que presenta pocas novedades con respecto al pasado año, únicamente los varales que estrena el trono de la Virgen de la Encarnación, según el hermano mayor de esta Cofradía, Francisco Botello. La Hermandad sigue trabajando para tener un nuevo trono para la imagen de la patrona de los hosteleros, Santa Marta, que desfila junto a Lázaro y María, los hermanos de Betania. Un trono que este año volvió a ser portado por cincuenta mujeres.

El recorrido fue algo más corto que el pasado año, partiendo desde la parroquia Nuestra Señora de la Encarnación, al igual que lo harán el Nazareno en el día de hoy, Miércoles Santo, o La Soledad, que lo hará el viernes. Las tres imágenes fueron recibidas, en su inicio, por las habituales saetas. El recorrido continuó por calle Carmen, Ortiz de Molinillo, Virgen de los Dolores, Remedios, plaza Puente de Ronda y calle Peral, para encarar el Casco Urbano y recorrer otros puntos como Huerta Chica, la avenida Ramón y Cajal o la avenida Nabeul hasta llegar a la plaza Puente de Málaga, donde la hermandad pidió la venia. La marcha procesional finalizó recorriendo las calles Arte, Salinas y Trinidad, para encarar la plaza de La Iglesia y poner el cierre a uno de los desfiles más emotivos de la Semana de Pasión.

Alrededor de la una de la madrugada, la hermandad puso fin a su día grande con otro de los momentos más esperados de la noche, el reparto de las tradicionales tortas entre los asistentes al encierro en la plaza de la Encarnación. Alrededor de 50 kilos de tortas repartidas entre los más devotos y los últimos curiosos presentes en los momentos finales del recorrido. Se trata de una hermandad muy especial para el gremio de hostelero marbellí, que tiene a Santa Marta como patrona.