Marbella revivió este domingo, por segundo año consecutivo, la toma de la ciudad por parte del rey Fernando el Católico a manos de los musulmanes.

Unas cien personas caracterizadas de época, algunas de las cuales montaban a caballo, rememoraron, por diferentes calles del Casco Antiguo, la entrada del rey Fernando a Marbella el 11 de junio de 1485, día de San Bernabé, que, desde entonces, es Patrón de la ciudad.

El rey, en pleno proceso de reconquista de la península, atravesó junto a su séquito -en el que se encontraba su hombre de máxima confianza, Pedro de Villandrado, conde de Ribadeo- la calle Salinas para alcanzar la plaza de la Iglesia, donde ayer tenía instalado su campamento real. Tropas musulmanas, al mando del alcaide Mohammad Abuneza, vigilaban desde las almenas de la muralla de la ciudad la llegada de los soldados castellanos.

Tras reponer fuerzas y revisar junto a sus soldados los últimos detalles de la operación, el rey recorrió la calle Carmen y la plaza del general Chinchilla y llegó a la plaza de Los Naranjos, uno de los emplazamientos más emblemático de Marbella y en la que se encuentran el Ayuntamiento y la Ermita de Santiago, el edificio religioso más antiguo de la ciudad, construido en el siglo XV tras la toma de la ciudad por parte de Castilla.

En la plaza de Los Naranjos, el rey invistió y nombró a diferentes caballeros, que pasaron a formar parte de su ejército.

Tras oficiar el acto, Fernando el Católico regresó a la plaza de la Iglesia, donde, acompañado de altos dignatarios, entregó unos diplomas a un representante del Ayuntamiento que nombró alcalde perpetuo de la ciudad a San Bernabé y otro al hermano mayor de la Hermandad de los Romeros de San Bernabé por la difusión que hace el colectivo del Patrón de Marbella.

Salvas de cañones y la exhibición de efectos militares despidieron al rey y al ejército real, que abandonaron la ciudad con las miras puestas en llegar hasta Málaga, y pusieron fin a una recreación con la que el Instituto Cultural Fernando el Católico trata de divulgar uno de los episodios más trascendentales del pasado de Marbella y que figura en la programación de la Feria de San Bernabé, que concluye mañana.

«La institución nació hace dos años con la aspiración de ser un miembro más de la familia cultural de Marbella. Confiamos en que la recreación vaya superándose año tras año. Queremos colaborar con más eventos en la ciudad», señala el presidente del Instituto Fernando el Católico, Antonio Díaz Aroca.

Según el concejal de Fiestas en funciones, Félix Romero, «el objetivo es conseguir que esta recreación se convierta en una tradición en Marbella y que cada vez más ciudadanos colaboren en esta iniciativa».

La Cruz del Humilladero, ubicada en la calle Málaga, recuerda el lugar en el que, según la tradición, los musulmanes, tras rendirse y firmar las capitulaciones de rendición, entregaron al rey Fernando el Católico las llaves de la ciudad.

El monarca aragonés siguió los acontecimientos de la rendición de Marbella desde un campamento ubicado junto a un río en las afueras del núcleo de población y que, para recordar el hito, se bautizó como Río Real.