­Asegura que son necesarios los actos que, como el Día del Orgullo, sirvan para exigir la igualdad de derechos para el colectivo LGTBI. Ayer mostró su compromiso con la diversidad sexual y eligió para su intervención en los Cursos de Verano de la UMA una camiseta en la que se leía «Proud to be me» (orgulloso de ser yo).

¿Cuáles son los aspectos legales del bullying al colectivo LGTBI?

Este tipo de bullying tiene una particularidad y es que el niño no quiera contarlo en casa o bien porque su familia desconoce su identidad de género o ante el temor a que la familia tenga una reacción negativa al saberlo y no lo acepte. Nos podemos encontrar ante una doble victimización. Eso tiene unas implicaciones a la hora de poner en marcha el mecanismo administrativo y legal para solventar estas situaciones o para poner en marcha los protocolos en los centros educativos cuando detectan un caso de este tipo de acoso.

¿Cómo valora la educación que se imparte en los centros educativos sobre el respeto al colectivo LGTBI?

Falta sensibilizar a determinados centros en que el respeto al colectivo no es una cuestión de voluntad, sino legal. Tienen la obligación de educar en el respeto a la diversidad sexual y de género. Cuando, desde Ojalá, damos charlas sobre este tema, intentamos desmontar todos lo mitos y prejuicios que existen alrededor de la diversidad sexual y de género. Al final, el acoso y la discriminación que sufre el alumnado LGTBI provienen de esos prejuicios que el alumnado trae de casa y que heredan de los padres.

¿Y cómo se puede actuar en las familias para erradicar esos prejuicios?

Sería deseable impartir charlas de concienciación o sensibilización, como se dan con otros temas, como la diversidad racial, cultural o étnica. Pero el trabajo con los adultos depende de la voluntad de los adultos. Si haces un trabajo importante con el alumnado y luego ese alumnado oye en casa expresiones como «maricones», ese trabajo se destruye. Un niño sigue el ejemplo de sus padres o tutores.

Usted es también doctora en Ciencias de la Comunicación ¿Cómo valora el papel que realizan los medios de comunicación en el tratamiento al colectivo LGTBI?

Tienen un papel muy importante a la hora de trasladar la imagen, positiva o negativa, del colectivo. Cada vez hay más formación en el ámbito periodístico en este tema, pero aún queda un poco. No me canso de leer en algunos medios expresiones como «Orgullo gay», cuando es «Orgullo LGTBI». Si dices Orgullo gay das la imagen estereotipada de varón, blanco, joven y agraciado físicamente, cuando hay mucha diversidad dentro de la diversidad sexual.

¿Se denuncian los casos de acoso al colectivo LGTBI?

Según la Agencia Europea de Derechos Fundamentales, sólo se denuncia el 10 por ciento de los delitos de odio que se cometen. Esto ocurre por multitud de factores, como el miedo a las represalias, pensar que denunciar no sirve para nada o desconocer sus derechos. Incluso hay víctimas que desconocen que son víctimas de delitos de odio. Hay veces que a la víctima se le dirige, de forma equivocada, a la Oficina del Consumidor, cuando deberían ir a la Policía o al Juzgado.

¿Cómo valora, desde el punto de vista del colectivo LGTBI, los cambios políticos en Andalucía o la Alcaldía de Madrid con la influencia de Vox?

Es preocupante porque tiene un discurso negativo que da una imagen distorsionada del colectivo LGTBI. Eso puede incrementar los prejuicios que ya existen hacia las personas con identidad de género distinta. Nuestra lucha es, precisamente, para derribar esos prejuicios y ahora tenemos discursos que alimentan esos prejuicios y demonizan ciertas actividades que realizamos, como las charlas que damos en los colegios para concienciar en el respeto a la diversidad.

¿Qué opina de propuestas como la de trasladar la celebración del Orgullo en Madrid a la Casa de Campo?

Me parecen opiniones particulares de personas que no aceptan la diversidad sexual y de género y que quieren continuar en el oscurantismo y los prejuicios hacia ella. También me parece que son producto del desconocimiento y la desinformación sobre qué es las celebración del Orgullo. Se trata de una celebración multitudinaria en la que encuentras a personas de toda condición y donde encuentras a personas con una orientación sexual distinta o que apoyan a las personas con una orientación sexual distinta. En esa celebración hay familias LGTBI o heterosexuales.

¿Cree que sigue siendo necesario celebrar este tipo de reivindicaciones?

Por supuesto que sí. Ojalá que no fuera necesario reivindicar el Orgullo, como ojalá no fuera necesario celebrar el Día de la Mujer. Si hay que reivindicarlo es porque faltan derechos. En la Constitución tenemos los artículos 14, 9, 10 o 1, pero la realidad es que no se ha conseguido que se lleven a cabo en muchos sentidos. De hecho, el acoso al colectivo LGTBI es una de las primeras causas de bullying en los colegios y la orientación sexual está entre las primeras causas en los delitos de odio.

¿Habría que prohibir campañas como la de Hazte Oír?

Es una campaña nefasta para la sociedad. Niega la transexualidad y hace referencia a la infancia, que está especialmente protegida. Y los menores trans también son infancia. Este tipo de vehículos no deberían circular.

¿Ayudaría al colectivo LGTBI el hecho de que algún futbolista hiciera pública su homosexualidad?

Sería muy bueno porque ayudaría a la juventud LGTBI, al tener un referente en el deporte. Pero el fútbol tiende a la homofobia. Uno de los primeros insultos a un jugador o al árbitro es «maricón». No extraña que no quieran hacer pública su orientación sexual.