­Antonio Guevara ha dirigido un Curso de Verano de la UMA especializado en viviendas de uso turístico en el municipio de Málaga con más residencias de este tipo. Además, ha impartido ponencias y moderado mesas redondas entre especialistas del sector durante el seminario. También ha acudido en diferentes ocasiones a Marbella a exponer ante representantes del sector del turismo un estudio de su departamento en la UMA sobre la situación de este tipo de viviendas en el propio municipio.

¿Las viviendas de uso turístico han venido para quedarse o es una moda pasajera?

Han venido para quedarse. Igual que tenemos hoteles o campings, tendremos viviendas de uso turístico. Otra cosa es que se queden de la misma manera en que están ahora. Falta coger el toro por los cuernos y regularlas. Hay que poner de forma clara cuáles son las reglas del juego. Las viviendas de uso turístico siempre han existido, pero en una economía sumergida, sobre todo en las zonas del litoral. Ese parque de viviendas ha aflorado gracias al uso de las nuevas tecnologías.

¿Cómo cree que debería ser la regulación de las viviendas turísticas?

Es un tema muy complejo. Por una parte, cualquier ciudadano tiene el derecho de poner una vivienda en alquiler y darle el uso que quiera. Por otro lado, hay otra visión que entiende que la vivienda de uso turístico es una actividad económica. Actualmente, no está considerada como una actividad económica, sino que las plataformas por las que se comercializan están obligadas a comunicar a Hacienda los alquileres que han tenido para que los propietarios lo reflejen en el IRPF. En esta amalgama hay que tener en cuenta otras normativas, como las de seguridad

¿Y cómo ordenamos esta situación?

La clave está en que se consideren una actividad económica y aquella persona, individual o colectivo, se dé de alta como autónomo, igual que cuando regentas una peluquería o una carnicería, y de contar con una normativa estatal a la que se acoja todo el mundo. Pero el problema principal es que la tecnología avanza de una manera espectacular y la legislación es muy lenta.

¿A qué atribuye el boom de este tipo de viviendas?

Estas viviendas existían, pero la tecnología las ha hecho florecer. Además, hay un turismo emergente que busca otra forma de viajar. Quieren sentir que están de viaje, pero sin ser turistas, aunque forman parte del colectivo turístico. Son experiencias que también ocurren en el ámbito de los guías turísticos. Buscan un turismo de mayor cercanía, no globalizado y disfrutar de las cosas distintas de ese sitio. La gente, buscando esos recovecos, ha generado la burbuja que nos encontramos en la actualidad.

¿Cómo pueden competir los hoteles ante este tipo de oferta turística?

Se está produciendo un proceso de hibridación en el turismo. Es decir, los hoteles están sometidos a una serie de regulaciones muy estrictas y están virando hacia el mercado de las viviendas de uso turístico. Booking ya vende más viviendas de este tipo que Airbnb. Y las noticias es que Airbnb se va a meter en el mercado hotelero. De aquí a unos años, tendremos un turismo sólido, que será aquel que va a los hoteles, y otro líquido, que estará permeabilizado dentro de la ciudad, pero gestionado por las propias empresas hoteleras.

¿La aparición de este tipo de viviendas se debe a que destinos como Marbella no han fidelizado al turista de alto poder adquisitivo?

Marbella mantiene la marca, pero ha perdido parte de ese turista. Pero el turismo es más amplio y Marbella tiene, además del de lujo, un turismo residencial, con muchas familias que venían a alquilar casas. Ese turismo ha hecho aflorar esas viviendas de uso turístico, como el del alquiler de casas, de apartamentos.

¿No existe entonces una relación directa?

Yo no tengo datos para establecer una relación entre la bajada del turismo de lujo y el crecimiento de las viviendas turísticas. Marbella tiene un efecto llamada por su propia marca y mucha gente intenta venir a Marbella para disfrutar de los atractivos de Marbella. La posibilidad de poder alquilar viviendas de uso turístico hace que pueda venir este tipo de turismo. A Málaga capital le pasa exactamente lo mismo. No hay un efecto entre el descenso de uno y el incremento del otro. Marbella puede albergar un turismo transversal gracias a sus propios atractivos y los atractivos de alrededor, como Ronda o Granada. Ese tipo de turista es interesante y lo pueden propiciar las viviendas turísticas, siempre que estén reguladas. No podemos demonizar al turismo de viviendas.

¿Qué le parece que la UMA haya dedicado un Curso de Verano a la situación de las viviendas turísticas?

Es fundamental que este tipo de debates se traten de una manera rigurosa. Es la única manera de avanzar. Me gustaría que las administraciones y los que tienen que gobernar y regular estuvieran pendientes a estas conclusiones. Es algo muy interesante que la UMA traiga a los Cursos de Verano debates sociales o de actualidad. Es la única manera de avanzar en el conocimiento y la mejora de la sociedad.

¿Cuál es el perfil del turista que recurre a viviendas turísticas?

No podemos establecer un único perfil. Tenemos desde familias que viajan con sus hijos a grupos de amigos. Lo que hay que establecer es un código ético de comportamiento para los viajeros.

¿En qué municipios de la provincia se concentran las mayores bolsas de viviendas turísticas?

En Marbella en primer lugar y en Málaga, en segundo. Marbella tiene más viviendas turísticas que la capital. Dentro de Marbella, son especialmente importante la zona de Las Chapas, Nueva Andalucía y el centro histórico. También destacan los municipios del litoral.