­Tras unos meses al borde del cierre debido a un déficit de cerca de 50.000 euros, la asociación ha logrado revertir la situación y estabilizarse. Confía ahora en sumar socios para recibir más donaciones y en que el Ayuntamiento arregle las deficiencias del local que utiliza el colectivo, un edificio de unos 70 años de antigüedad que carece de saneamiento y alcantarillado.

¿Cuáles fueron los motivos por los que la Triple A estuvo al borde del cierre?

Como le ocurre a todos los refugios y protectoras, es muy difícil calcular las cuentas, ya que éstos dependen de los abandonos. No es la primera vez que estuvimos cerca del cierre y no será la última. Tenemos una situación muy poco estable. Se dispararon los gastos y llegamos a tener un déficit de unos 48.000 euros.

¿En qué situación se encuentra ahora la asociación?

Hemos logrado subsanar el déficit. No tenemos deuda y contamos con un dinero en caja que nos da para tirar hacia adelante. Tenemos previsto organizar dos eventos para recaudar más fondos, uno en un club de playa de Marbella y otro, previsto para el 8 de septiembre, que es un concurso canino. Confiamos en atraer a mucha gente porque nuestra supervivencia dependerá de aspectos como la cantidad de personas que se hagan socios o los donativos. A pesar de las situaciones de inestabilidad que podamos atravesar, confío en seguir adelante. Si la Triple A no ha cerrado en 29 años, no cerrará nunca.

¿Cómo valora la reacción de los vecinos de Marbella ante el llamamiento de la Triple A?

Magnífica. Los vecinos de Marbella y San Pedro, como los del resto de la Costa del Sol, son muy animalistas. En el momento en que hay un problema, enseguida responden, enseguida reaccionan. Hemos recibido un donativo de 15 euros de una chica que vive en Japón. Hemos tenido un apoyo incondicional procedente de todo el mundo. Para mantener viva a la Triple A, el apoyo financiero es vital. Las personas interesadas en donar sólo tienen que ir a nuestra página web, www.tripleamarbella.org, y verán una casilla roja que dice ‘Donar’. Cuando pinchas, tienes todas las diferentes opciones para donar. La Triple A depende mucho de la generosidad de las personas.

¿Tiene más ejemplos de donaciones?

Muchas de gente que yo ni conocía. Un día entró un señor a la Triple A y puso 5.000 euros sobre la mesa mientras decía que ‘yo quiero que ustedes sigan adelante’. Cuando le pregunté su nombre para rellenarle el recibo, dijo ‘Incógnito. No me conocen’. Y se fue. Nos hemos dado cuenta de que hay mucha gente amante de los animales.

¿Cuáles son, además de las financieras, las principales necesidades de la Triple A?

Nosotros estamos ubicados en un edificio en desuso de 70 años de antigüedad. Ninguna corporación municipal, ninguna, ha tocado ese edificio. Se han hecho parches, se han puesto tiritas, pero nunca se ha tocado a fondo un edificio muy viejo en el que nos podemos juntar hasta 60 personas un día de paseo de los animales. El principal problema del local es el alcantarillado.

¿Cuál es la postura del Ayuntamiento?

Recientemente hemos tenido una reunión con Ángeles Muñoz (la alcaldesa) y Diego López (delegado de Servicios Operativos). Han prometido, y confio en ellos, que van a dar, no sólo un lavado de cara a la Triple A, sino acciones sobre el suministro del agua en el local.

¿Carecen de agua en unas dependencias en las que se trabaja con animales?

No tenemos agua potable. Contamos con una cisterna que viene cada dos o tres días a traernos el agua. No es muy higiénico ni muy saludable, pero así tenemos que hacerlo. Además, el alcantarillado está fatal, como el saneamiento. Pero confío en que la Corporación municipal pueda subsanar las deficiencias.

Se encuentran en la actualidad elaborando un informe con las necesidades de la asociación que tienen que elevar al Gobierno local en septiembre ¿En qué punto está la redacción del documento?

Nos ha visitado la jefa de Obra del Ayuntamiento. Vino con un arquitecto y estuvieron comprobando las necesidades del local. Se dieron cuenta de que está en pésimas condiciones, pero así estamos trabajando, todos los días, para proteger a los animales.

¿A cuántos animales atienden?

Tenemos una capacidad máxima para 120 perros y atendemos a 358. La gatera, aportación de un señor alemán, tiene una capacidad para 80 ejemplares; hay 212. Tenemos que controlar el problema de las camadas no deseadas. Muchas camadas de este año se han dejado abandonadas en la puerta de la Triple A. Alguien nos dejó siete u ocho cachorros en la puerta. Otros muchos han dejado el perro amarrado a la puerta. El único método ético para reducir este problema que tenemos es la castración o la esterilización.

¿Cuál es la situación de los cachorros?

Tienen el sistema inmune muy bajo, por lo que tenemos que encontrar enseguida una casa de acogida. Si se quedan en la Triple A pueden coger una enfermedad letal, el parvovirus, que se traduce en vómitos por ejemplo, y en 24 horas mueren.

En los primeros seis meses del año han recibido cerca de 500 animales ¿A qué lo atribuye?

Este año es particularmente duro. Coinciden muchas cosas, como los regalos para complacer a los niños, especialmente en Reyes. El juguete se convierte en trasto y se manda a la Triple A. En febrero termina la época de caza y muchos cazadores se deshacen de los podencos menos productivos. Los podencos más afortunados terminan en la Triple A. Tenemos 52 podencos. El podenco andaluz es de los perros más bonitos que hay y, sin embargo, se abandonan. En Alemania los adoran y muchos ejemplares terminan en aquel país.

¿Qué le parece que la Plaza de Toros de Puerto Banús albergue eventos culturales y musicales?

Magnífico. Cada vez que viajo al extranjero y hablo de España me dicen que somos muy malos con los animales. No entienden que podamos matar a vaquillas, muchas de ellas recién destetadas. España es un país que tiene un gran futuro, pero no progresaremos mucho mientras siga existiendo esa fiesta nacional.