Aulas sin sillas para los profesores; falta de impresoras, internet, pizarras y de un acceso al recinto deportivo; o un flujo eléctrico que se gestiona a través de un cuadro de obra y que, al menos, estará en funcionamiento durante una semana.

Los peores augurios de las Ampas de los colegios Vargas Llosa y Xarblanca sobre el estado en el que estarían las aulas prefabricadas donde más de 100 alumnos seguirán sus estudios de Secundaria mientras la Junta de Andalucía construye un instituto en Las Chapas se confirmaron ayer, primer día del curso académico.

Los padres de los estudiantes se congregaron en la parcela que alberga las aulas provisionales, en la zona residencial de Xarblanca, para conocer de primera mano las carencias de unos módulos que Junta y Ayuntamiento habilitaron con especial premura la última semana, tras hacer públicas sus reclamaciones.

Los trabajos para equipar las aulas obligaron a los responsables del centro a retrasar dos horas el inicio de las clases, previsto para las 11.00 horas en el resto de institutos del municipio.

Las aulas prefabricadas «no están en las condiciones para que entren nuestros hijos. Hace una semana no se había comenzado la obra. Presionamos, se pusieron las pilas y han hecho bastante, pero no lo suficiente. La obra no está terminada y las máquinas están por medio», denunció ayer Nacho Goldaracena, padre de uno de los alumnos afectados.

Miguel Rojo, padre de una exalumna del colegio Vargas Llosa, aseguró que «hay culpables y muy grandes. Primero la Junta, por un problema que viene de lejos. El Ayuntamiento no ha sabido proteger a sus conciudadanos. También los padres no hemos sabido mantener la presión para tener un instituto en lugar de barracones», explicó.

Para Blanca Miranda, «hay otros medios por los que se podría haber tirado» y lograr mejores infraestructuras para los alumnos. «Se acumula el trabajo para los operarios, los padres y los niños, que tienen que estar tranquilos para estudiar, como el resto de niños. Esto no se puede permitir. No hay internet, ni biblioteca, ni ordenadores. No hay nada», agregó.

Tras conocer la situación de las aulas prefabricadas, parte de los padres se trasladaron al Ayuntamiento para pedir explicaciones al Gobierno local.

Un grupo formado por integrantes de las Ampas de los dos colegios afectados se reunió, durante cerca de 50 minutos, con el portavoz municipal, Félix Romero, y la directora general de Enseñanza, Carmen Díaz, aunque solicitaron hacerlo con la alcaldesa, Ángeles Muñoz. Según el presidente del Ampa del colegio Vargas Llosa, Jorge Gil, que acudió a la reunión, el Gobierno local se comprometió a «hacer de nexo con la Junta para mejorar» la situación de las aulas prefabricadas. Los padres también exigieron reunirse con la delegada de Educación en Málaga.