Cihan Guzel se convirtió en el fugitivo más buscado de Luxemburgo por participar en el espectacular intento de atraco de la oficinas centrales de una empresa de seguridad. Él y su grupo utilizaron explosivos y efectuaron 80 disparos con armas largas para alcanzar el dinero de la caja acorazada y en la posterior fuga. Más de seis años después, este belga de origen turco ha sido detenido en Marbella mientras celebraba su 35 cumpleaños en un club de Puerto Banús en una operación relámpago que la Policía Nacional consiguió ejecutar en menos de 24 horas.
Una llamada de las autoridades belgas y luxemburguesas advirtió el pasado día 26 de octubre a la policía española sobre la más que probable presencia de Cihan en la Costa del Sol. Según la Dirección General de la Policía, la filtración fue recibida el mismo día que el prófugo cumplía años y permitió averiguar a los investigadores españoles que se encontraba en las inmediaciones de Marbella celebrándolo por todo alto. El arresto se llevó a cabo pocas horas más tarde, la madrugada del 27 de octubre, cuando el fugitivo se encontraba en un club de Puerto Banús. La carta de identidad francesa a nombre de otra persona con la que se identificó no fue suficiente para continuar la fiesta.
La orden Orden Europea de Detención y Entrega de las autoridades luxemburguesas indica que Guzel estaba reclamado por tentativa de asesinato, tráfico de armas, municiones y explosivos, robo con violencia y uso de armas y pertenencia a organización criminal que sumó durante la noche del 2 al 3 de abril de 2013. «Cinco y siete individuos fuertemente armados atacaron la sede de una compañía de transporte de dinero de Gasperich. Los atracadores detonaron cargas explosivas en las puertas de acceso y, tras las detonaciones, atacaron los lugares de seguridad del interior con armas automáticas, aunque en ningún momento pudieron acceder al búnker donde estaba el dinero». En el interior, los equipos de seguridad de la empresa, alertados por las explosiones, no respondieron al ataque a la espera de la actuación policial. Tres patrullas acudieron minutos más tarde al lugar y fueron recibidas por ráfagas de armas automáticas a unos 80 metros del lugar del asalto. Al menos realizaron 38 disparos que no alcanzaron los vehículos policiales, pero sí impactaron en hogares cercanos sin ocasionar daños personales.
Con el atraco frustrado, tocaba huir. El grupo corrió durante 200 metros mientras disparaba a la policía para cubrir su retirada. Subieron a dos vehículos de gran cilindrada que se encontraban a la espera y huyeron a toda velocidad. La policía de Luxemburgo estableció un sistema de vigilancia en todo el país, que dio sus frutos cuando una patrulla se cruzó con los vehículos cuando se dirigían a la frontera con Bélgica. Ante la reacción de los agentes, los autores actuaron como un comando militar y les tendieron una emboscada en un bosque en el que dispararon varias docenas de veces. El vehículo policial, que estaba a cien metros de distancia, fue alcanzado y se contabilizaron al menos 47 disparos en la zona. Cuando los refuerzos policiales llegaron, los autores habían abandonado uno de los vehículos y le prendieron fuego. A pesar del despliegue en ambos lados de la frontera, los autores desaparecieron entre los bosques.
