El último tiroteo mortal que se ha producido en Marbella, el cuarto en poco más de un mes en la Costa del Sol y que acabó la pasada noche del martes con la vida de un francés de 60 años en Cabopino, no está relacionado con los anteriores. Así lo cree el comisario de la Policía Nacional de Marbella, Enrique Lamelas, quien también avanzó ayer que los investigadores han descartado que exista una guerra de bandas o venganzas.

Lamelas explicó que se trata de hechos «aislados» e «inconexos» y añadió que este tipo de sucesos no solo se producen en Marbella, sino en toda la Costa del Sol, dada la proximidad con países «productores de sustancias estupefacientes», refiriéndose a Marruecos. En este sentido, el responsable policial de Marbella dijo que la investigación la está llevando la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) tanto de Málaga como de Marbella, que están haciendo «una labor excelente» y apostó por que el trabajo de los agentes dará pronto «buenos resultados».

El crimen, cometido por al menos dos hombres con caretas que huyeron en un Renault Megane de color azul que arrolló una de las barreras de peaje de la AP-7 y finalmente fue hallado ardiendo en Mijas, también fue comentado por el delegado del Gobierno en Andalucía, Lucrecio Fernández, quien aseguró que esta nueva muerte responde a otro ajuste de cuentas entre delincuentes. Más allá de la obviedad, Fernández reconoció otra, la acumulación de ejecuciones en el litoral, concretamente en Marbella, que achaca a «bandas que roban a bandas». Por ello defendió que tanto España como la Costa del Sol son «un destino seguro» y que se trata de «incidentes aislados que no afectan al gran público y que se producen entre delincuentes.

El representante del Gobierno en Andalucía mostró su convencimiento de que estos hechos no van a afectar «en nada» al prestigio de la Costa del Sol como destino turístico y aseguró que se han «redoblado» los esfuerzos de los servicios de inteligencia «en todas las direcciones». Según detalló, los servicios de inteligencia se dedican primero a desmantelar las infraestructuras de las bandas y después, «lo más importante», a perseguir el dinero y ver «en qué sitios se puede o no se puede blanquear». «Esto es como en las películas con Al Capone, al final se le pilló por fraude fiscal persiguiendo el dinero», apuntó el delegado del Gobierno, quien considera muy importante perseguir el blanqueo en inversiones inmobiliarias, ya que a partir de ahí pueden conseguir que toda la infraestructura del grupo se venga abajo.

Cuatro asesinatos en un mes

En poco más de un mes, la violencia entre bandas vinculadas al crimen organizado ha sumado en la Costa del Sol cuatro muertos y un herido grave. Hasta el martes, la última víctima mortal era Peter A. W., un británico de 39 años y natural de Manchester al que la Policía Nacional había vinculado previamente con algunas investigaciones relacionadas con el tráfico de drogas.

El pasado 21 de noviembre, el inglés fue acribillado sobre las 15.00 horas en su Audi cuando llegaba a su casa localizada en la urbanización Riviera del Sol de Mijas. Seis días antes, un varón de origen árabe murió de un disparo en la avenida Andasol, en la urbanización Alvarito Playa de Marbella, en un incidente en el que otra persona resultó gravemente herida. El 27 de octubre, el cuerpo de un hombre de nacionalidad búlgara fue hallado en la cuneta de la A-7176 que une los municipios de Marbella e Istán con cuatro disparos en un caso, como los dos anteriores, en el que no constan detenidos.