Buena parte de los viajeros que suelen trasladan los taxistas de Marbella en los últimos días no se dirigen a Puerto Banús, el Paseo Marítimo o el Casco Antiguo. No son turistas que portan pesadas maletas entre la estación de autobuses y los hoteles, sino que son usuarios que piden ir a centros sanitarios o a un supermercado para hacer la compra.

«Entre varios compañeros, decidimos que teníamos que arrimar el hombro para hacer frente a la crisis sanitaria. Y entendimos que teníamos que poner nuestros taxis a disposición de los sanitarios y de las personas mayores o más vulnerables ante el virus y que tengan que ir a los centros sanitarios, farmacias o hacer la compra y carezcan de un medio de desplazamiento para hacerlo», explica José Gómez, uno de los profesionales del sector que participan en la iniciativa, puesta en marcha hace una semana.

Durante este tiempo, han realizado cada día unas tres carreras, ida y vuelta. «Tenemos a varios sanitarios que los transportamos casi a diario y una persona mayor, además de un servicio a la Delegación de Servicios Sociales del Ayuntamiento. Nos llamaron para explicarnos que no tenían medios para llevarle alimentos a una persona mayor y lo hicimos nosotros», explica.

Los taxistas han creado un grupo de comunicación de whatsapp en el que figuran los contactos de cuatro de ellos y a través del cual organizan los servicios que surgen en función de los profesionales operativos cada día.

De momento, son siete profesionales del taxi los que han puesto sus vehículos a disposición de estos colectivos, aunque «me imagino que, con el tiempo, se irán sumando algunos más», agrega.

La flota de taxis opera, desde el inicio de la crisis sanitaria, a la mitad a través de un procedimiento de rotación por el cual un día están operativos los vehículos cuyas licencias terminan en un número par y, a la jornada siguiente, aquellos con permisos que acaban en número impar, aunque este no impide a los profesionales desarrollar la iniciativa. «Para este tipo de servicio, en cualquier caso, sacamos el coche y lo hacemos si hace falta y aunque no nos toque trabajar. El mundo del taxi siempre está ahí. Somos un colectivo solitario», explica Gómez, el primer profesional del sector en la provincia en incorporar a su vehículo un desfibrilador.

Gómez destaca que, con el paso de los días y el avance del número de infectados en España por el coronavirus, los usuarios del taxi están más concienciados con los medidas para evitar la propagación de la epidemia. «Tienen asumidos la gravedad del problema que tenemos y actúan en conciencia. La mayoría de usuarios vienen protegidos con máscaras y guantes y pagan a través de los dispositivos móviles, como el teléfono. Ahora estamos concienciados con este problema», explica.