Tres jóvenes han sido detenidos por la Policía Nacional por el incidente en el que un británico de 27 años ingresó en mayo en un hospital de Marbella con cuatro disparos en las piernas. Según ha informado la Comisaría Provincial, la investigación ha determinado que tanto los presuntos autores como la víctima pertenecían a la misma organización y que se trató de un "serio aviso" para que acatara las normas de la misma. Los tres implicados, que fueron arrestados en Marbella, Estepona y Benahavís, han ingresado en prisión.

La investigación se inició la noche del 24 de mayo, cuando los responsables del Hospital Costa del Sol informaron de la presencia de un joven que había ingresado con cuatro impactos de bala en las piernas, como adelantó este diario. Tras analizar la versión de la víctima, que llegó a decir que el ataque fue un asalto para robarle el reloj, y de la persona que supuestamente le auxilió en un primer momento, los agentes detectaron demasiadas incongruencias que les hizo pensar rápidamente en que podía tratarse de un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas.

A pesar de los datos falsos aportados por la víctima y el testigo, los agentes consiguieron localizar dónde se produjeron los hechos. "El punto se encontraba a más de seis kilómetros del lugar indicado por la víctima y el 'amigo' que lo trasladó al hospital", ha explicado la policía antes de añadir que también identificaron la marca y el modelo del vehículo utilizado por los agresores para trasladar a la víctima hasta el hospital. Siguiendo este rastro, los investigadores llegaron hasta sus ocupantes, que resultaron ser miembros de la misma organización criminal a la que pertenecía la víctima. "Esto evidenció que se trataba de un serio aviso que advertía de las consecuencias de actuar en contra de lo que ordenaba la organización", han apuntado.

Finalmente, la Policía Nacional ha detenido a tres varones como presuntos responsables del ajuste de cuentas. Dos de ellos son británicos de 23 y 24 años, mientras que el tercero es un irlandés de 29 años que fingió colaborar con los investigadores para "desviar la atención sobre los auténticos responsables de los hechos, uno de los cuales era él mismo". Dijo que se encontró a la víctima en la calle y en más de una ocasión acompañó a los agentes al lugar donde aseguraba que se había producido el suceso, a más de seis kilómetros de la verdadera escena del crimen, y hasta llegó a buscar restos de sangre a sabiendas de que nunca los encontrarían allí. "Presumiendo que los investigadores nunca sospecharían de la persona que asistió y acompañó a la víctima al hospital, los autores de los hechos acordaron ocultar el arma empleada en el domicilio de este", han abundado. La pistola semiautomática fue localizada con una bala en la recámara y con el cargador repleto de munición. Los investigadores también hallaron un silenciador, 140 cartuchos y la sudadera utilizada por la persona que efectuó los disparos, que contenía restos de sangre de la víctima, y han intervenido tres vehículos sustraídos de los que disponía la organización.