La reapertura ayer del hotel Anantara Villa Padierna Palace, el primero catalogado como cinco estrellas Gran Lujo de la Costa del Sol en retomar la actividad tras el parón obligado por el confinamiento del coronavirus, señala el inicio de una temporada estival más corta que la de otros años y marcada por la pandemia del virus, la amenaza de posibles rebrotes y las incertidumbres.

Buena parte del resto de establecimientos hoteleros de la zona recuperarán en los próximos días un funcionamiento que tendrán que adaptar a la 'nueva normalidad' y con la intención de tratar de salvar de la mejor forma posible un verano en el que, según las previsiones de la Junta de Andalucía, el sector del turismo perderá 10.000 millones de euros y unos 100.000 empleos.

El hotel Los Monteros -otro cinco estrellas Gran Lujo- volverá a la actividad el miércoles; al día siguiente lo hará el hotel Puente Romano, ubicado en la Milla de Oro de Marbella; y el viernes le tocará al hotel El Fuerte, con cuatro condecoraciones.

Algunos establecimientos de Marbella recuperarán el servicio con una mejor oferta y mayor calidad, como el hotel Lima, que, tras unas reformas que inició en octubre de 2018 y una inversión de 2,5 millones de euros, estrenará sus cuatro estrellas -frente las dos que tenía anteriormente- a partir del miércoles, cuando reabra sus puertas.

Otros establecimientos ya han sufrido los efectos de la crisis, como el hotel Don Carlos (cinco estrellas y más de 50 años de antigüedad), que aplicará un Expediente de Regulación de Empleo a 94 empleados fijos y que únicamente permanecerá abierto, según las primeras previsiones, de abril a octubre.

La provincia cuenta con 12 proyectos de alojamientos hoteleros que aportarán 1.400 camas más, según la Junta.

«Vamos a tener que aprender a nadar con poca agua, pero hay que tirarse a la piscina. Todo camino empieza por un primer paso», señaló ayer el director general de NH Hotel Group -al que pertenece Anantara Villa Padierna Palace- para el sur de Europa y EEUU, Hugo Rovira.

El hotel, en el que se albergó la entonces primera dama de EEUU Michelle Obama cuando visitó la zona en 2010, cuenta con 132 habitaciones, nueve villas con piscina o tres campos de golf con 18 hoyos cada uno.

La delegada de Turismo de la Junta en Málaga, Nuria Rodríguez, aseguró que la vuelta a la actividad del hotel «demuestra el cambio de tendencia». «Empezamos a salir del parón en el que hemos estado inmersos a consecuencia de la crisis provocada por el coronavirus. El turismo comienza tomar impulso y recuperar músculo», agregó.

Destacó también el «fuerte vínculo» de Marbella con el segmento turístico del lujo y su oferta de calidad.