La Cofradía de Pescadores de Marbella impuso ayer, Día de la Virgen del Carmen, el Ancla de Oro, el mayor reconocimiento del colectivo, al marinero más veterano, Manuel Morilla Campos.

Morilla, de 86 años, desarrolló su actividad en el trasmallo y como lucero en el bote de la luz en las traíñas en la modalidad de pesca de cerco. Aún continúa activo como armador de su propio barco y, hasta pocas fechas, remendando redes en el puerto de La Bajadilla.

Morilla recordó la «dureza de la profesión, más aún en sus inicios, cuando nos enfrentábamos a la mar con barcos tirados a vela y remos. He pasado años duros en la profesión. Antiguamente íbamos a remo. Ha llegado la hora de recibir un reconocimiento», indicó el marinero.

El patrón mayor de la Cofradía, Manuel Haro, definió a Morilla como un «marinero imprescindible para la flota pesquera de Marbella. Es un veterano que nos alienta a todos desde su experiencia, del que día a día aprendemos y con el que apreciamos y valoramos la mar y la necesidad de su conservación y protección para el desarrollo del sector. Es el más grande», señaló.

«Morilla me ha visto desde niño en el puerto. Poder poner el Ancla de Oro a una persona así es una emoción muy grande para mí. Personas como Manuel son las más grandes. Hasta hace pocos días, le veíamos remendar redes en su almacén. Y preguntar por la pesca de los barcos y si su barco pescaba o no. Personas como él son un lujo para nosotros», agregó.

Haro destacó que pescadores de la generación de Morilla faenaban con embarcaciones tiradas «a remo y a vela».

El acto de imposición del reconocimiento se organizó en la iglesia de La Encarnación y no en su lugar habitual de celebración, la capilla de la Virgen del Carmen, en el puerto de La Bajadilla, debido a las medidas de seguridad contra la pandemia del coronavirus. Al acto acudieron familiares de Morilla, autoridades y miembros de la Cofradía de Pescadores de Marbella.