Crisis del coronavirus

Temor y tristeza entre las pymes de Marbella ante el cierre de la actividad

Los empresarios afrontan un paro económico que creen que se prolongará más allá de las dos semanas con los ahorros al límite tras el confinamiento de primavera y la falta de turistas

Negocios cerrados en el paseo marítimo de Marbella.  | M.V.

Negocios cerrados en el paseo marítimo de Marbella. | M.V. / marcel vidal. marbella

Marcel Vidal

A Pilar Rosas le invadió una sensación de tristeza cuando ayer, primer día de la entrada en vigor del cese de toda la actividad no esencial en Marbella, vio al llevar a su hija al colegio que estaban cerrados los bares y restaurantes del centro urbano en los que el día anterior se ofrecían desayunos.

Y así los seguirá viendo durante, al menos, las próximas dos semanas, como lo estará el bar de copas del puerto deportivo Virgen del Carmen del que, junto a otros socios, es propietaria.

Junto al desasosiego por el cierre de los negocios, experimentó también preocupación por la situación de la mayor parte de los pequeños empresarios del comercio y la hostelería, que se enfrentan, señala, a dos semanas de paro con los ahorros exiguos tras el confinamiento de primavera y la falta de turistas en Marbella y sin apoyo de las administraciones públicas.

«El confinamiento nos pilló con cierto colchón económico de la Navidad. Pero ahora llevamos un año en una situación económica caótica. No hay pulmón para continuar, ni ayudas», explica Rosas, que tras un descenso del 75 por ciento en la facturación de su local, ha tenido que hacer frente hace unos días al pago de retenciones de impuestos y al alquiler del último trimestre de 2020. «La situación es de muerte al empresario, al autónomo y a los trabajadores, que están desanimados», agrega.

Verónica Perone regenta junto a su marido una tienda de diseño de camisetas en el Casco Antiguo de Marbella. Asegura que «con tranquilidad dentro de lo posible» hacen frente al miedo y la incertidumbre sobre el tiempo que se prolongará el paro de la actividad económica. «El panorama no es favorable y el cierre no durará dos semanas. Irá mucho más allá. Un día te despiertas optimista, otro triste, otro eufórico», explica.

En el restaurante en el que trabaja Sara Soria la crisis se deja sentir con especial severidad ya que la mayor parte de los clientes suelen ser turistas, por lo que cada día que pasa aumentan las deudas. «A las doce menos diez de la mañana sólo he vendido un café para llevar. Si hoy (por ayer) facturo 50 euros me doy con un canto en los dientes», señala desde un negocio en el que sólo el pago de la luz ronda los 400 euros al mes.

Carmen Martínez se despertó ayer «exactamente igual que el primer día de confinamiento, llorando» ante las dudas sobre el futuro de su negocio de ropa. «Creíamos que, en el 2021, íbamos a ir a mejor y ver la luz al final del túnel. Pero el túnel no tiene luz», lamenta.

«Son muchos años trabajando y ves que tus ahorros se van y se van y que no hay ningún ingreso. Es muy triste. El sentimiento es de pena», agrega.

El PP suspende impuestos y el PSOE exige ayudas

El Gobierno local, del PP, anunció ayer que suspende el pago de las tasas de ocupación del espacio público para los establecimientos más afectados por el cese de la actividad, los de la hostelería y el comercio. La exención en el cobro del tributo se mantendrá, al menos, las próximas dos semanas en las que estará en vigor el bloqueo de la actividad de los locales, según señaló el delegado de Hacienda, Félix Romero. «No podemos cargar económicamente a ningún establecimiento en una situación en la que se le impide abrir negocios», señaló el edil, que aseguró que el Ayuntamiento está diseñando un programa de bonos para apoyar al comercio. Por su parte, el portavoz del grupo municipal socialista, José Bernal, pidió al Ejecutivo municipal que solicite a la Junta de Andalucía fondos para ayudar a que la hostelería y el comercio alivien «la nefasta situación» en la que se encuentran. Bernal explicó que el Parlamento andaluz aprobó en noviembre una propuesta del PSOE para habilitar 250 millones de euros para ayudas directas a empresas y autónomos que se distribuye en función de la población de los municipios. Según ese criterio, a Marbella le corresponden 4,5 millones de euros, señaló Bernal. «Esas ayudas no pueden demorarse más tiempo para evitar nuevos cierres», agregó.

La puntilla para los negocios

El presidente de la Pequeña y Mediana Empresa de Marbella, Enrique Guerrero, considera que el cierre de la actividad será «una puntilla para muchos negocios de hostelería y hundirá más la economía de una ciudad que vive prácticamente del turismo».

Su homónima en la asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de San Pedro, Ana García, cree que las pymes están «totalmente abandonadas» por unas instituciones que «no han dado un paso al frente para ayudarnos. A nivel municipal, hemos recibido cero ayudas. Llevamos diez meses que, por un motivo u otro, no ha llegado ningún tipo de ayuda», añade.

Para el presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios, Ricardo Nandwani, el cierre es, desde el punto de vista sanitario, «necesario», pero echa de menos ayudas directas del Gobierno central para los comerciantes y los trabajadores autónomos, un sentimiento que comparte la presidenta de los empresarios del puerto deportivo Virgen del Carmen, Natalia Caleiro Marqués. «Seguimos con todos los gastos y sin ayuda del Gobierno. Y sabemos que el cierre de la actividad no durará dos semanas», agrega.

La vorágine de contagios de Covid en la que vive inmersa Marbella desde diciembre ha llevado a la Junta de Andalucía a acordar, en el plazo de una semana, el cierre perimetral del municipio y el paro de toda economía no esencial.

Para empezar a revertir la situación, Marbella tendrá que bajar de los 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes. La tasa de incidencia del Covid subió ayer hasta los 1.285 casos, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia.