Vecinos de Marbella piden que se reabra ya la zona de moragas de la playa de El Cable

María Frías no da crédito al aspecto que, desde principios de verano, presenta la playa de El Cable, en Marbella. La retirada de forma repentina a mediados de junio de las barcas de moragas ha transformado en apenas unas semanas la fisonomía de uno de los arenales más populares del municipio y punto de encuentro veraniego de los vecinos en torno a los espetos, una de las principales manifestaciones gastronómicas de la provincia.

«Esta playa ha pertenecido toda la vida a Marbella. Aquí han venido mis hijas a hacer sus moragas con sus amigos. Es una playa completamente popular y empiezan a quitar lo que todo el mundo ha visto toda la vida, sus moragas y su playa de El Cable. Yo lo he visto durante 45 años», señala Frías, que se pregunta qué pasaría en Marbella si el Ayuntamiento pretendiera cerrar una cofradía. «¿Se levantaría la gente o no? Yo creo que sí. Pues esto es lo mismo», se responde.

Junto a ella, Montserrat Perdigones apunta que «no hay derecho a robar al pueblo lo es que nuestro», en referencia al uso de la playa. «Ya está bien de que lo público, un derecho para disfrutar del pueblo, se lo den a unos intereses privados para que ganen dinero y nos fastidien ecológica, social, culturalmente y de todas las maneras», agrega.

Según el portavoz municipal, Félix Romero, la intención del Ayuntamiento de Marbella es que «en algún momento» las barcas se reubiquen en la playa.

Para Unidas Podemos, que ha iniciado una recogida de firmas para solicitar la reapertura de la zona de moragas que a inicios de semana contaba con más de 500 apoyos, la retirada de las barcas es «una falta de respeto» a la cultura y el ocio de la localidad. «Es una falta de respeto a la manera en que expresamos el ocio de forma popular y asequible para todos», apunta el portavoz de Podemos, Estanislao Ron.

Dudas sobre el uso de la playa

La retirada de las barcas suscita en colectivos sociales y la oposición dudas sobre el futuro uso de la playa de El Cable, ya que la Junta de Andalucía tramita un proyecto para construir en la zona un chiringuito de 300 metros cuadrados de superficie.

El equipo de Gobierno, que ha alegado en contra del proyecto, asegura que ha retirado las barcas por «cuestiones sanitarias» ante el Covid. Para Unidas Podemos, el argumento es incoherente con el hecho de que haya zonas privadas de ocio nocturno «a pleno rendimiento» y con las «artimañas» de la alcaldesa, Ángeles Muñoz, para contar a los turistas como parte de la población de Marbella y rebajar así la tasa de incidencia del virus, que supera los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes.

«El problema es la intención de urbanizar la zona y construir el chiringuito», señala la portavoz de IU, Victoria Morales.