Historia

El rescate de una banda

El abandono de la Banda Municipal de Música de Marbella desde hace años no es un asunto ideológico o asociado a uno u otro color político

Imagen de archivo de la banda de música de Marbella.

Imagen de archivo de la banda de música de Marbella. / L. O.

Francisco Moyano

Francisco Moyano

Las dos instituciones más antiguas de Marbella son el Ayuntamiento de la ciudad y la iglesia parroquial de Santa María de la Encarnación. A continuación, se sitúan las hermandades de Pasión de Nuestra Señora de la Soledad y de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Corresponde el siguiente puesto en longevidad a la Banda Municipal de Música, languideciendo desde hace años, casi en estado comatoso, sin que la administración local, responsable de la formación, haya encontrado la fórmula adecuada de rescate. No se trata de un asunto ideológico o asociado a uno u otro color político.

La banda se encuentra en estado precario con un escaso número de músicos y con la necesidad de incorporar instrumentos. Es urgente reclamar una acción conjunta de todos los grupos políticos con representación en el Consistorio, para rescatarla y dotarla de medios. Poco más de una docena de músicos, con tesón y pundonor, mantienen vivo el sonido, que en algún periodo recordaba al de una banda sinfónica. Generaciones de marbelleros crecieron con su subrayado sonoro, formando parte de la más entrañable memoria. La eclosión pandémica de 2020 dejó en el olvido el ciento cincuenta aniversario de la banda.

Los documentos históricos fijan 1870 como año del surgimiento y el primer nombre de director (maestro) conocido es el de Carlos Bock. Existe un documento fechado en mayo de 1889 donde se lee que «el alcalde hizo presente que el profesor de música había propuesto la adquisición de siete instrumentos necesarios (para la banda), cuyo importe es de 433,25 pesetas, que está dispuesto a vender Francisco Moyano Fernández. El Ayuntamiento acordó su compra por la expresada cantidad». Otros testimonios decimonónicos constatan los presupuestos librados para el acompañamiento de la formación en Semana Santa y otras fechas señaladas.

No abundan, al menos de momento, los documentos que ayuden a seguir la trayectoria de la institución, pero sí contamos con una fotografía de los años veinte en la que aparecen catorce músicos. Es más fácil trazar el camino tras la Guerra Civil, cuando ocupa la plaza de maestro-director Eulogio Carrillo.

Le sucedió Francisco Urbano y en 1964 Salvador Sánchez Gómez, muy popular en su momento. Colaboraba con Radio Marbella, emisora sindical, donde realizó una serie de emisiones con grabaciones de su director preferido, el alemán Wilhelm Furtwängler y la orquesta Filarmónica de Berlín.

Coincidió la dirección de Salvador Sánchez con un enfrentamiento entre banda y corporación, de manera que, a la convocatoria para tocar en la cabalgata de Reyes del 5 de enero de 1969, los músicos no acudieron. El alcalde, Francisco Cantos Gallardo, presentó en el pleno del 9 de enero un decreto resolutivo para disolver la banda con efectos de primero de enero, alegando incumplimiento de sus obligaciones y falta de disciplina. Los músicos se quedaban sin derechos laborales ni retributivos. La disolución era con carácter provisional. Fue aprobado por mayoría, ya que la unanimidad no se alcanzó al votar en contra el edil y abogado Antonio Gálvez Ruiz. La situación se normalizó poco después.

Posteriormente, llegó a la dirección Rafael Fuentes Angulo (padre de la actriz Mariola Fuentes), además compositor de diversas marchas procesionales y el himno de San Bernabé, con letra de Francisco Cantos Moyano y Ana María Mata Lara. Le siguió José Rivero, muy interesado en la docencia y fundador de una banda infantil y juvenil.

La responsabilidad recaerá sucesivamente en José Almenara, músico castrense; Jorge Romero, compositor también, por ejemplo, de una marcha de Semana Santa que se estrenó en el pregón de 2011.

También ha sido director el profesor de trompeta del Conservatorio Ángel Chinchilla. Durante años el ámbito de los conciertos de la banda fue el templete del paseo de la Alameda, retransmitidos en directo por Radio Marbella.

Hay que salvar a la banda, rescatarla del abandono, porque es parte fundamental de nuestro patrimonio cultural, popular y tradicional. Cada vez que podamos debemos testimoniar que asistimos a los conciertos de la banda municipal. Con voluntad y diligencia se logrará la salvación de una situación aún no irreversible, pero a punto de serlo. Si terminase produciéndose la desaparición la sensación de vergüenza sería brutal, aplastante.

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