Crimen de Marbella

La mujer asesinada en Marbella tenía la valoración de riesgo más baja de Viogén

Tras la agresión por la que el asesino confeso fue condenado en diciembre, el sistema de protección de víctimas de violencia de género clasificó el riesgo como ‘no apreciado’ - La juez deja en libertad con cargos al segundo detenido y la Guardia Civil sigue buscando en el mar los restos de Natalia

Submarinistas de la Guardia Civil buscan los restos de Natalia.

Submarinistas de la Guardia Civil buscan los restos de Natalia. / GUARDIA CIVIL

El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Marbella acordó ayer la puesta en libertad provisional del segundo hombre detenido en relación con el asesinato de Natalia, la mujer de 46 años cuyo cuerpo mutilado fue localizado el pasado domingo flotando en el mar y recuperado en la playa de las Cañas. Según fuentes judiciales, la decisión fue adoptada por la juez después de que el fiscal no pidiera ni su ingreso en prisión ni la convocatoria de la comparecencia de prisión del investigado. Las pesquisas de la Policía Nacional atribuyen el traslado en furgoneta del principal implicado y de la víctima hasta la escena del crimen cuando todavía estaba viva. Las fuentes añadieron que el detenido prestó declaración y que se le investiga por la presunta comisión de un delito de cooperación en un delito de asesinato. La juez también acordó medidas cautelares como la prohibición de salir del territorio nacional, la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer ante el juzgado todos los lunes.

Esta decisión se conoció unas horas después de que la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género confirmara que el asesinato de Natalia se tramita como un caso de violencia de género. La institución añadió que la fallecida, la cuarta víctima mortal de la violencia machista en lo que va de año y la 1.186 desde 2003, tenía dos hijos mayores de edad y existían denuncias previas contra Leonel, el presunto agresor. No obstante, el asesino confeso fue detenido el lunes por saltarse la orden de alejamiento que un juzgado de Marbella le impuso en una sentencia de mediados de diciembre. Un episodio en el que Leonel propinó un cabezazo a Natalia le valió una condena de seis meses de prisión, pena que fue suspendida por un periodo de dos años con el acuerdo de la Fiscalía con la condición de que respetara la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima durante otros 16 meses. Aquella agresión introdujo a Natalia en el Sistema Viogén, el programa de seguimiento que asigna diferentes niveles de protección policial a las víctimas de violencia de género en función del riesgo al que se enfrentan. Son los formularios de Valoración Policial de Riesgo (VPR) los que, manejando multitud de factores, ayudan a los agentes a establecer el riesgo de que la violencia se repita a corto plazo en los siguientes niveles: no apreciado, bajo, medio, alto y extremo.

Fuentes cercanas al caso aseguran que Natalia pertenecía al primer grupo, el más bajo y el único sin medidas específicas de protección policial. En ese nivel, el programa Viogén establece que las víctimas obtendrán «las mismas medidas de tipo operativo y asistencial que para cualquier otro ciudadano denunciante. Especialmente, información de derechos y de recursos que tiene a su disposición. Y «facilitar recomendaciones en medidas de autoprotección». Como opción complementaria, aconseja facilitar a la víctima teléfonos de emergencia y asistencia especializada, mientras que el programa insta a que la información del caso se actualice en un plazo máximo de 90 días. En los siguientes niveles, las medidas se amplían e intensifican hasta alcanzar las vigilancias permanentes de las víctimas y de sus agresores que se llegan a realizar cuando el riesgo es extremo.

Pese al grado en el que estaba Natalia, las fuentes consultadas aseguran que tenía un agente asignado y que su expediente estaba activo, puesto que había una orden judicial de alejamiento vigente. El presunto asesino la quebrantó días antes del crimen llamando por teléfono a su expareja por teléfono para amenazarla, pero la Policía Nacional conoció esta situación cuando la familia denunció la desaparición de Natalia, poco después de que fuera encontrado su cuerpo.

Por su parte, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil continuó ayer la búsqueda de los restos mutilados de la mujer asesinada. Estos especialistas llevan desde el jueves buscando en el lugar en el que el detenido dijo a los agentes de la Policía Nacional que había arrojado la cabeza y las manos de su expareja.

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