Empleo

La Feria de Empleo de Marbella más solidaria con Ucrania

Irina Florido, profesora de castellano, acude al evento con parte de sus alumnos ucranianos para encontrar oportunidades laborales que faciliten la integración de estos refugiados de la guerra

Asistentes al evento esperan su turno en fila ante el expositor de una cadena hotelera.

Asistentes al evento esperan su turno en fila ante el expositor de una cadena hotelera. / marcel vidal. marbella

Marcel Vidal

Irina Florida acudió ayer a la Feria de Empleo de Marbella en busca de oportunidades laborales con algunos de los más de 40 alumnos ucranianos, refugiados de la guerra, a los que enseña castellano.

Durante unas horas, la profesora y los estudiantes cambiaron las aulas de idiomas por los expositores de las cerca de 250 empresas, la mayor parte de ellas vinculadas al sector del turismo, que acudieron a un evento que alcanza su V edición y que se celebró en el Palacio de Ferias y Congresos Adolfo Suárez.

Para una buena -y, previsiblemente, prolongada- estancia de sus estudiantes en Marbella y el resto de la Costa del Sol, tan importante es manejar la lengua de Cervantes como tener trabajo y disponer de unos ingresos.

«Los ucranianos tienen muchas capacidades, están muy bien educados y hablan varios idiomas», destaca Irina de sus estudiantes.

«Son muy trabajadores, con mucha responsabilidad y con una ética laboral muy alta. Tienen muchas ganas de integrarse aquí», señala la docente, que comenzó a impartir clases de forma voluntaria hace un cerca de un año, poco después de los primeros ataques de Rusia contra Kiev y de la llegada al municipio de los primeros refugiados de Ucrania.

En su opinión, una vez que concluyan las agresiones de Moscú a Kiev, gran parte de los refugiados ucranianos seguirán en España «porque este país les encanta».

«Cada vez se acostumbran más a España y muchos ya tienen un empleo», señala la docente.

Entre los ucranianos que han encontrado una ocupación en Marbella figuran desde ayer tres alumnos de Irina, que fueron contratados por dos grupos de restauración y ocio con establecimientos en la localidad.

Mejores trabajos

A la feria acudieron también Celine o Victoria con la esperanza de encontrar «algo de larga temporada».

«Tengo mi empleo de temporada en un hotel, pero soy fija discontinua y, al final, una se queda como un poco colgada en invierno», explica Victoria, que desarrolla su labor en la recepción del establecimiento hotelero, pero que también ha trabajado de «camarera; cajera, sobre todo; o en la recepción de un spa».

Celine confía en la experiencia que atesora en la hostelería, sector en el que ha regentado una cafetería; y su conocimiento del castellano, francés e italiano para encontrar un empleo con mejores condiciones laborales.

«Un contrato de fijo discontinuo es muy difícil. Sabes que te van a echar, pero no cuándo te van a volver a llamar. Y tienes que pagar el alquiler, la luz y todo tipo de gastos», explica.

Las empresas privadas ofertaron, a las puertas de la temporada alta, cerca de 2.000 puestos de trabajo -para una afluencia de unas 5.000 personas registradas, cinco veces más que en 2022- a las que se sumaron, en un contexto de inestabilidad en la frontera este de Europa, las 8.000 plazas de las Fuerzas Armadas y por las que Pablo se interesó.

«Quiero saber cómo dar el salto al Ejército cuando termine la Universidad», señala este alumno de informática.

En ediciones anteriores, el Ejército ofertaba 2.000 plazas.