Crónicas
Historia de Marbella: Al norte de la Huerta Grande
Hubo un tiempo en que la economía de Marbella tenía uno de sus pilares fundamentales en las huertas

Avenida Ricardo Soriano con Miguel Cano. / L.O.
Hubo un tiempo en que la economía de Marbella tenía uno de sus pilares fundamentales en las huertas. Con la llegada del turismo y su consolidación, las zonas agrícolas fueron desapareciendo, casi hasta de la memoria colectiva. Afortunadamente los topónimos de algunas calles siguen llamando la atención sobre la existencia de estas fincas agrarias.
La presencia de una activa Hermandad de Agricultores y Ganaderos representó un testimonio de la preponderancia que el sector tuvo en la ciudad. Sobre parte de la superficie de la Huerta Grande, entre las actuales avenidas de Ricardo Soriano y Miguel Cano, fue donde el marqués de Ivanrey levantó el Cine Rodeo (con salas de invierno y de verano).
Al norte se situaba la Huerta Chica, por donde hoy en día transcurre la calle que lleva esa denominación y que enlaza las calles Peral y Castillejos con la confluencia de las vías Ramón y Cajal, Ricardo Soriano y Miguel Cano. Durante el largo periodo de la Dictadura la calle Huerta Chica llevó el nombre de José Antonio Girón de Velasco, ministro de Trabajo, benefactor de Marbella, donde pasaba frecuentes temporadas, mediante su estrecha colaboración con el párroco don Rodrigo Bocanegra Pérez. Esa era la denominación oficial pero el pueblo nunca la llamó así.
Durante el largo periodo de la Dictadura la calle Huerta Chica llevó el nombre de José Antonio Girón de Velasco, ministro de Trabajo
A lo largo de la calle transcurre soterrado el río Huelo, que en la parte sur gira su curso para unirse con el arroyo de la Represa. En la tromba de agua que provocó inundaciones en octubre de 1969, el embovedado reventó. Siempre ha sido una calle muy transitada y obligada en los itinerarios de la mayoría de las hermandades de Pasión de la Semana Santa.
En el sur se ubicó durante años la oficina de farmacia del licenciado Jacinto Berdaguer, una de las más antiguas de la ciudad y aún referencia en su actual situación de la avenida Ricardo Soriano.
Entre los comercios que han permanecido en la memoria ciudadana, aparece Tejidos Gámez (posteriormente Gago, de Gámez y Gómez). Allí regentó su tienda de electrodomésticos y sonido José Luis Cuevas Garrido; se podía encontrar desde un frigorífico hasta un tocadiscos o la grabación musical de actualidad. Durante unos años fue concejal de Deportes del Ayuntamiento de Marbella.
Prácticamente en frente de esta tienda se encontraba otra, de ropa y complementos para hombres, de Antonio Lorenzo Cuevas, futbolista destacado y que también ocupó el cargo de concejal de Deportes. El estadio de fútbol (a la espera de ser demolido) lleva su nombre. La tienda de Antonio Lorenzo poseía una denominación internacional: «For men».

Fuente de la plaza de los Naranjos y el Ayuntamiento en los años 50 / @Malaga_AyerYHoy
En calle Huerta Chica vivió y contó con su estudio el fotógrafo malagueño Pedro Antonio López Roldán, quien llegó a la ciudad en los años cincuenta. Mantuvo también una intensa labor como fotógrafo de prensa. Además de su propia producción, recopiló y rescató viejos negativos, de forma que consiguió un impresionante archivo del que actualmente se ignora su paradero, aunque, cabe suponer que se encuentre en poder de la familia. Pedro Antonio fue un excelente belenista y el autor de un buen número de carteles anunciadores de la Semana Santa de Marbella.
Haciendo esquina con la plaza de la Victoria se encontraba la Librería Europa, que pertenecía al profesor, periodista y escritor, Antonio Rodríguez Parra. Ejerció como docente en el Instituto de Bachillerato, en el Colegio de Istán y fue director del Centro de Profesores de Marbella y Coín. Falleció prematuramente en accidente de tráfico. Destacó como autor de un texto teatral conmemorativo del quinto centenario de la entrega de Marbella a los Reyes Católicos.
Durante los años en que el mercado de abastos se encontraba en la zona, la pescadería estaba orientada hacia calle Huerta Chica. En ese mismo lugar, posteriormente se acondicionó la biblioteca municipal, en la planta alta, y la sala municipal de exposiciones.
Con el radical cambio político en el Ayuntamiento, que se produjo en los inicios de los años noventa, sería demolido para la instalación de alguna dependencia consistorial y un par de restaurantes. Era una estampa castiza, que se repetía cada verano, la instalación de un sombrajo donde se vendían sandías y melones previamente calados; de esa forma el consumidor no corría ningún riesgo.
Hace unas décadas se construyó con entrada por esta calle, un estacionamiento subterráneo que tiene la singularidad de que se accede por el carril izquierdo. Durante muchos años, en la calle Huerta Chica mantuvo una carnicería Antonio Viejo, padre de Juan Jorge Viejo, conocido como Juan de Pura, el primer matador de toros que ha tenido Marbella.
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