Buena presencia, modales exquisitos, simpatía y afán de colaboración les sirven para conseguir que el comerciante baje la guardia y hacerse con un billete de 50 euros en cada golpe que dan.

"Yo ni siquiera me enteré; pasó un rato grande antes de que me diera cuenta de que me la habían colado", afirmaba Beatriz, una de las comerciantes de la zona de Los Manantiales, en Torremolinos, que han sido objeto del `timo de los 100 euros´ estos días. Según explicó, en su caso fue una chica joven la que le timó en cuestión de segundos un billete de 50 euros.

La mujer, muy educada y bien vestida, entró a la tienda y comenzó a pasear y a mirar los artículos. La bolsa de playa de grandes dimensiones que portaba llamó la atención de la vendedora, quien se puso en alerta temiendo que se guardara algún producto en su interior.

El timo. "Al momento, se acercó al mostrador para pagarme un tapón y en ese instante me sentí hasta culpable por haber pensado mal de ella, ya que se mostró muy simpática y educada", comenta.

El tapón costaba poco menos de cuatro euros y la compradora sacó un billete de 100 euros, algo que volvió a provocar el recelo de la dependienta. La desconfianza se evaporó de nuevo al comprobar que el billete era auténtico antes de meterlo en la caja.

Una vez que la vendedora le devolvió los 96 euros de cambio, la timadora abrió su monedero y se `sorprendió´ al ver que tenía dinero suelto por lo que se ofreció a pagarle con una moneda más pequeña. "Y fue en ese momento de cambio de billetes cuando acabaron desapareciendo 50 euros y no me di ni cuenta", aseguró.

Al rato, Beatriz se paró a analizar lo sucedido y se acercó a la caja para confirmar sus sospechas: le faltaba un billete. "Salimos corriendo a la calle para ver si la encontrábamos pero, evidentemente, ya se había quitado de en medio, por lo que llamamos a la policía para poner una denuncia", agregó.

Otro caso. Pero el de Beatriz no fue el único timo de estas características registrado en la zona. Según recuerda ella misma, hace varios meses en una farmacia cercana se producía una situación similar. Y el pasado viernes en una tienda de pinturas de la zona, una mujer de mayor edad, que compartía con la anterior la buena presencia y los modales, se hizo con el mismo botín.

"Yo creo que escogen un momento de mucho ajetreo; se aprovechan de que tienes que repartir tu atención entre varios clientes para despistarte y hacer desaparecer el billete delante de tus narices", intuía el dependiente, Francisco José, quien ayer recordó que a un compañero suyo de Arroyo de la Miel le sucedió lo mismo hace unos meses. En cualquier caso, el dependiente se ha "quedado bien con la copla". "Por la cuenta que me trae, a mí no me la vuelven a pegar", sentenció.