En esa clase que de vehículos todo terreno que apenas suelen pisar suelo comprometido y que se mueven habitualmente por las carreteras y su pulcritud asfaltada, ya forma parte del imaginario colectivo el término SUV para referirse a una clase en la que, durante mucho tiempo, ha sido rey el VW Tiguan. Pero la competencia acelera y abre la brecha. Uno de ellos es el KIA Sportage, operando desde 1994. En sus últimos versiones, renovado y mejorando el diseño ha ido ganando terreno de manera constante. Así lo demuestran el número de matriculaciones, en constante auge. El KIA Sportage, desde el mes de mayo, luce en su cuarta generación.

El nuevo KIA Sportage sale con que tiene KIA. Un diseño moderno, con un corte en la franja lateral elevada en comparación con sus antecesores. Con un techo ligeramente recortado, con sus faros delanteros y traseros transmite una autoestima nunca conocida hasta ahora en el Sportage. Bueno trabajo el que ha hecho aquí el equipo de diseño, antaño bajo las órdenes aún de VW. En el interior, KIA se despide de materiales duros y la pantalla táctil luce como joya del interior. Habrá interiores con material aún más refinado y que luzcan de manera más futurista, pero el de este Sportage transmite que todo está en su sitio y que los materiales utilizados, lejos de los plásticos duros de antaño, están bien trabajados.

Tampoco pensamos en esta sección que la desaparición de todo tipo de modelos sea el equivalente absoluto al progreso. El Sportage sigue manteniendo botones en el volante y en la consola del medio. Después de un corto espacio de tiempo, uno sabe ya qué botón sirve para dar la correspondiente orden. La palanca para los intermitentes y el limpiaparabrisas, quizás, estén a demasiada distancia del volante de cuero que transmite unas sensaciones inmejorables, una vez que se agarra. Al menos, para las manos más pequeñas. Lo que sí aparece más camuflado, es el botón de arranque. Sólo se puede intuir, lo cual, en todo caso, es un problema que se produce sólo una vez. Es decir, en el momento que se estrena.

Síntomas de calidad desprenden las puertas que cierran con un sonido rotundo, de los que gustan, y el climatizador que funciona de manera silenciosa. El maletero da para movilizar sin problemas a una familia en su concepción más clásica de mujer y marido con dos hijos. El único pego, el cuero que vale extra, recuerda demasiado a su origen sintético. Lo que es muy de agradecer, es el hecho de que el maletero abre de forma automática si el conductor se sitúa justo detrás y tiene la llave en el bolsillo. Quien no ha maldecido ese momento en el que había que cargar el coche, pero las manos estaban llenas de todo tipo de bolsas.

En sus medidas, el nuevo Sportage gana cuatro centímetros en comparación con su antecesor y llega hasta los 4,4 metros. También aumentan la altura entre asfalto y chasis, hasta los 2,6 metros. La fuerza se transmite a través de un embrague lamelas y, según las necesidades, reparte la fuerza en las cuatro ruedas. Con esto, el Sportage se defiende de manera sobrada fuera de la carretera.

En cuanto a la motorización, hay cinco versiones disponibles que van desde los 115 hasta los 185 caballos. Nuevo en la oferta, un motor de gasolina de 1,6 litros con 177 caballos. El cambio automático, altamente recomendable, supone un extra de aproximadamente 1.900 euros. La aceleración es dinámica hasta que se entra en la sexta marcha y se convierte en un recuerdo del pasado. En todo caso, el nuevo Sportage transmite que todo funciona y que está en su sitio. Un buen motor se suma a un diseño atractivo. Y, como aliciente superior, los siete años de garantía. La única pega, el aumento de precio. Disponible a partir de 17.600 euros. El KIA Sportage se puede adquirir en la provincia en Cobasa Motor y en Ibericar Móvil.