La irrupción de Infiniti en las carreteras de ya es una realidad innegable. Modelos como el Q30 o el XQ30 han contribuido, según Díaz, para que «se reconozcan nuestros vehículos como vehículos premium». El director de Marketing de la marca premium japonesa atienda a La Opinión para repasar la evolución de Infiniti desde que hizo su entrada al mercado europeo allá por 2008. ¿Ventajas del XQ30? ¿Red de distribuidores? ¿Relación con los clientes? Díaz replica.

¿Cuándo empieza a cuajar la aventura de Infiniti en España?

La marca tiene una trayectoria en Estados Unidos desde 1998 y aterriza en España en 2008. De hecho, en Madrid se abre el primer centro de Infiniti en Europa. En un momento de dificultad económica, pero ya estaba planificado a nivel estratégico. Desde entonces, la trayectoria ha sido ascendente.

¿Cómo ha evolucionado desde entonces?

La marca lo que hace es introducir, sobre todo, sus primeros modelos todo terreno. Coches que en un principio no estaban diseñados para el mercado europeo, pero que luego han servido para satisfacer una demanda que ha ido en aumento. Vemos ahora como en Europa se demandan coches más eficientes, de menor tamaño. Los ingleses lo llaman downsizing. Ahora estamos en plena transición hacia los modelos compactos, y es lo que nos está dando volumen.

Si hubiera que fijar un punto de inflexión, ¿cuál sería?

Este año, con el Q30. Rotundamente. Es el modelo que ha vertebrado el cambio de la marca. A nivel de volumen los números se han multiplicado por dos. Hemos crecido a nivel de rentabilidad, red y de inversión.

No parece casualidad que esta vertebración haya venido de la mano de un compacto.

Para nada. Ahí está el ejemplo de las marcas alemanas premium que han inundado el mercado, y lo han hecho con estos modelos. Han sido lo que ha permitido que estos modelos compactos tengan ya un volumen de mercado muy importante.

¿Qué importancia tiene que cada vez se reconoce más a un Infiniti en la calle?

Para nosotros es fundamental. Sobre todo, en el ámbito premium la percepción de un coche en la calle. Aún más, en una marca que todavía necesita de más visibilidad resulta primordial. Y lo importante es que reconozcan a nuestros vehículos como vehículos premium. Con una seña de identidad asociada a la marca japonesa. Eso es un terreno ganado que es importantísimo.

¿Cómo se ha avanzado en la red de distribuidores?

Pues ahora mismo tenemos 17 centros repartidos por la Península y Baleares. Es una red preparada ya de sobra para vender muchos coches. Una capacidad que nos permite manejar ya grandes volúmenes, siempre asociados a grandes grupos. En Málaga, el ejemplo perfecto es el del Grupo Nieto, que tiene capacidad y musculatura a nivel financiero para vender.

¿Un argumento fundamental para el cliente sigue siendo tener a un concesionario serio?

Totalmente. Por eso la primera implantación ha sido en ciudades relativamente grandes, y más potentes en volumen. La proximidad es importante, y más cuando se trata de un servicio tan cuidado como el nuestro. Vamos a seguir creciendo, pero de manera ordenada.

Entre un GLA y el Infiniti XQ 30, ¿qué argumentos a favor tiene el vehículo de su marca?

Primero, la marca se diferencia. Somos una marca que tiene desde el punto de vista de volumen, menos presencia, y eso nos hace ser más exclusivos. Aunque se trate de plataformas idénticas, el coche si tiene características distintivas respectos al GLA. Nuestro coche es más alto, es más SUV. Además, y es importante, venimos más equipados desde serie. En el caso del navegador, por ejemplo.