La diversión que viene de la mezcla entre coches grandes y motores grandes solo se supera con la ecuación de coche pequeño y motor grande. Aquí emerge con fuerza el nuevo Fiat Abarth 595, sucesor del ya mítico Abarth 500. Con precisión milimétrica toma cada esquina como un jabato y cuando emerge el sonido de los tubos de escape, es difícil que la piel no se ponga como escarpias. En su versión más humilde, el nuevo Abarth está respaldado por 160 caballos que abren un amplio espectro de posibilidades. Es pequeño, móvil y la suspensión, como se espera, dura como una piedra. Más importante que la velocidad punta resulta, en todo caso, su capacidad para esprintar. De 0 a 100 km/h en siete segundos. Los bromistas italianos se refieren con la palabra de "turismo" a esta versión.

Si existe el deseo, y en Málaga no es para nada una posibilidad descabellada, también hay una versión descapotable. Hay que tener ciertas aspiraciones de velocista para sentirse cómodo. Pero si alguien se interesa por el Abarth, se entiende que esta mentalidad viene de serie. Porque los asientos deportivos se enroscan como un tornillo y la suspensión igual merece una segunda mirada. ¿De verdad se ha montado amortiguación alguna? Para resumir en dos palabras: sencillamente maravilloso.

El enamoramiento llega, como muy tarde, una vez que los tubos de escape empiezan a rugir. Llegados a este punto, nos permitimos recomendar el Record Monza, con sus cuatro salidas cromadas. Con fuerza sale disparado el Abarth y las cinco marchas se ventilan al mismo tiempo que el cuentakilómetros nos va inundando de toda clase de informaciones. En realidad, de lo que se trata es de disfrutar de la conducción y no de mirar muchos números. Pero agrada ver como el pequeño italiano, que no supera los 1.1000 kilos de peso, va sumando registros.

Velocidad, revoluciones, la presión del turbo, las fuerzas G y el porcentaje de potencia disponible. Todo se mezcla con la temperatura exterior y los kilómetros recorridos. Pero luego levantas la mirada, miras a la carretera y piensas: pero si veo y siento lo que está pasando. Es un placer en un mundo en el que parece girar en torno a lo híbrido y a hacer poco ruido. Porque saben lo que hace. Desde 1949, es lo que Abarth le grita a los puristas para justificar un precio de entrada que comienza a partir de los 16.130 euros. Más que verlo, al pequeño italiano hay que vivirlo y testarlo en carretera. La oportunidad perfecta se ofrece en Málaga acudiendo a Torino Motor, concesionario oficial de Fiat en la capital.