Toyota no cesa en su empeño de poner el foco de la atención en Lexus, la marca premium del gigante del automóvil japonés. Si la garantía de éxito está flotando ahora mismo sobre el segmento de los llamados Sports Utility Vehicles (SUV), el nuevo NX 300h parte con buena mano. Con 4,63 metros de longitud, estamos ante un verdadero reclamo que presenta, a primera vista, un diseño atractivo, en sintonía con su antecesor, pero que ha ganado un plus de agresividad con una parrilla. En una estructura de panal, transmite dominancia sobre la carretera y en los espejos traseros de los demás. La presentación internacional del restyling del NX 300h tuvo lugar este mes de noviembre en Madrid, una oportunidad inmejorable para probar a la niña bonita de Lexus sobre la carretera. Las cifras, al menos, lo indican en el mercado español, donde el NX es el principal polo de atracción en número de ventas. Casi la mitad de los Lexus que salen de los concesionarios corresponden a este SUV que empezó a producirse a finales de 2014.

En un mundo que empieza hablar de movilidad eléctrica en un término que deja de ser cada vez menos abstracto, la filosofía de Lexus de apostar por modelos híbridos va ganando enteros. No hay que ser, sin embargo, un pulgar verde para que el NX sea tomado como alternativa seria. Bajo el capó no ha cambiado nada, salvando que el motor de gasolina 200t ahora también recibe la denominación 300. Esto sigue siendo un 2 litros de cuatro cilindros con turbo que ofrece sobre el papel 238 caballos. Una máquina entre 2.000 y 2.700 euros más cara que el 300h, al que están llamados, de todas las maneras, casi la totalidad de los clientes potenciales.

Y eso no es, desde luego, una mala decisión como se puede comprobar cuando uno ya se encuentra detrás del volante. Los 197 caballos de potencia mueven a los 1.790 kilos del NX con un dinamismo más que aceptable. El comportamiento en las curvas es ágil y el coche responde de forma directa y sensible. De 0 a 100 en 9,2 segundos es más que suficiente. La transmisión se lleva a cabo exclusivamente a través de una caja de cambios automática CVT de seis velocidades. Aquí existe todavía margen de mejora. Al igual que en su antecesor, persiste la impresión de que el cambio es demasiado nervioso o indolente según el programa de conducción (Sport o Eco). Pisa demasiado el pedal del acelerador y el cambio automático por convertidor de par se hará oír con demasiado ruido.

Una vez que coge velocidad, el NX sabe convencer a velocidades más altas con una tracción muy cultivada y un desenrollo tranquilo. El chasis está configurado para gustos europeos. Más rígido, con una suspensión que traga cualquier aspereza sobre el asfalto. Así el NX se deja manejar sin grandes titubeos y con mano seguro por las curvas de cualquier carretera del interior, como las que nos han llevado, en este caso, a la Plaza Mayor de Chincón, donde el NX se funde en una bella estampa. Logrado, sobre todo, en el modelo tope de la gama, el F-Sport, con la suspensión adaptiva. El gasto medio que se pliega a la realidad está entre los 7 y 8 litros por 100 kilómetros.

Interior premium

En el interior este NX exhibe todo lo que se espera de un coche premium. El tacto de los materiales es impecable. La felicidad está siempre en un salpicadero de cuero bien trabajado. Los instrumentos están todos bien colocados y salta a la vista la pantalla táctil que ha pasado de 7 a 8 pulgadas. A partir de la línea Business, ésta llega hasta las 10 pulgadas. El control se ejerce a través de un touchpad situado al lado de la palanca de cambios. Resulta algo engorroso al principio, aunque mejora cuando se le pilla el truco. Hicieron falta varios intentos para lograr introducir la ruta deseada. Mención aparte, aunque esto ya no sea algo nuevo en Lexus, se merecen los asientos. Uno se encaja perfectamente en ellos y la comodidad para hacer largos recorridos está garantizada. En la parte trasera hay más espacio de lo que parece visto desde fuera. Con 1,82 metros de altura, quedaba había espacio para un palmo. En general, la posición es más elevada, lo que permite una amplia visión panorámica.

La seguridad es un fuerte en el Lexus y viene de serie. Airbags y todo tipo de asistentes de carril ofrecen buenas sensaciones. Útil, aunque caro, el head-up display. En la versión F-Sport y Luxury brillan también unas LED-Matrix. Los intermitentes, como en Audi, empieza a moverse de forma secuencial. En resumen, el formato y la forma del NX 300h son un acierto. Todos los que quieren distinguirse un poco, tienen una alternativa solvente. El nuevo NX ya está disponible en Lexus Málaga, concesionario oficial para la provincia en la avenida de Velázquez.