La Opinión. Washington / Bagdad

Estados Unidos ha restado importancia al retraso en la presentación de la Constitución iraquí y ha asegurado que el problema no obstaculizará los esfuerzos por democratizar el país árabe.

El presidente estadounidense, George W. Bush, en medio de críticas contra la presencia militar de EEUU en ese país, afirmó ayer que la decisión de aplazar la presentación del texto hasta el próximo lunes es un ejemplo de que las dificultades pueden resolverse pacíficamente. "Aplaudo los esfuerzos de los negociadores iraquíes y aprecio su trabajo para resolver los problemas pendientes a través de la negociación y el diálogo", añadió.

Poco antes, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, había asegurado que el retraso en la presentación de la Constitución iraquí no es motivo de preocupación. Más que eso, se complació por el hecho de que estemos presenciando "el avance hacia la democracia en Irak".

El borrador de la Constitución que aún no se ha logrado consensuar se considera como un paso crucial en los esfuerzos de EEUU por imponer la democracia en el país y, ante la imposibilidad de completarlo a tiempo, el Parlamento amplió el plazo para presentarlo en una semana.

Temas. La Casa Blanca justificó el retraso por el hecho de que los temas que se están tratando son complejos y requieren un amplio debate. De hecho, el aplazamiento en la presentación del texto se debió a que los líderes iraquíes no fueron capaces de resolver asuntos como el nombre del país. Tampoco han logrado llegar a acuerdos sobre cuestiones más espinosas, como la del federalismo, los derechos de la mujer y el papel que debe desempeñar el Islam en la vida política del país.

En cualquier caso, la decisión de aplazar la entrega del borrador abre un paréntesis de incertidumbre en el proceso de transición, que podría servir de acicate a los rebeldes para redoblar la violencia.