Ya se sabe: todo es según el color del cristal con que se mira. En el `Prestige´, Fraga estaba de cacería y Aznar evitó acudir a Galicia para ver la catástrofe. El Parlamento, ni verlo. La oposición socialista pedía dimisiones y el Gobierno del PP justificaba lo injustificable. Ahora, con lo de Guadalajara, Zapatero andaba en la ópera y Barreda, el presidente castellano, en una cena. La oposición del PP pide dimisiones y el Gobierno socialista mira hacia otro lado. Imprevisiones y negligencias en dos tragedias ecológicas y, en el caso de Guadalajara, 11 muertos. Y Zapatero de viaje a China, la vicepresidenta que no acepta ir al Congreso a dar explicaciones... y algunos intentando justificar lo injustificable con el viejo, aunque efectivo argumento, de "ustedes ya lo hacían". Algunos españoles cambiaron su voto el 14-M no sólo por lo que se hizo sino para que no se hicieran algunas de las cosas que se hacían.

El 11-M no sólo trajo un cambio radical político sino que dejó una sociedad herida. Por las bombas de los terroristas y por la actitud de los políticos. Fue un ejemplo de solidaridad y de eficacia -la comparación con Londres agranda el trabajo de los españoles aquellos días- que los políticos han dilapidado porque sólo lo han aprovechado sectariamente. Lo importante no era la verdad, sino la propaganda. Lo importante no era trabajar unidos para que no se repitiera, sino tratar de acabar con el adversario. Lo importante no era por qué pasó, sino cómo lo rentabilizamos. Sigue siendo así.

En las filas socialistas ya se levantan voces de "no es esto, no es esto". Zapatero no ejerce como presidente de todos los españoles, las medidas son más marketing que realidad, su talante se ha quedado reducido a una sonrisa hueca y no dialoga con la oposición, sino con quien puede garantizarle el poder a corto plazo. Prometió acabar con la crispación y ellos -no sólo ellos, pero también ellos- han hecho que aumente día a día. Zapatero defiende una alianza de civilizaciones. Digo yo que, antes de eso, debería tratar de conseguir un consenso entre la mayoría de los españoles para construir juntos una sociedad más justa, más solidaria, más democrática y más libre que se preocupe por lo que, de verdad, preocupa a los ciudadanos: la economía, las pensiones, el paro, la justicia, la educación, la sanidad, el final de ETA, la integración de los inmigrantes...