El consumo de cocaína se ha socializado en los últimos años y en sólo cuatro años se ha duplicado. Ha pasado a ser la "estrella" de fiestas o eventos, a pesar de su peligrosidad.

La cocaína ya no es una droga de las consideradas "de lujo". En los últimos años su consumo se ha elevado por lo que la demanda de tratamiento en los centros especializados de la provincia de Málaga se ha duplicado en sólo cuatro años.

Uno de cada cinco personas ha solicitado asistencia médica en los primeros siete meses de 2005. Así, se ha pasado de una demanda de tratamiento especializado del 12,17% de 2002 al 20,99% de 31 de julio de 2005, según datos del Centro Provincial de Drogodependencias (CPD), dependiente de la Diputación de Málaga.

Esta tendencia es más evidente en los últimos tres años. Al CPD llegan muchas personas que han acudido antes a los servicios de urgencias de los hospitales malagueños tras acudir a fiestas o eventos donde la "estrella" es la cocaína. A ella se le suele sumar el consumo de alcohol e incluso de éxtasis, lo que provoca crisis agudas y trastornos a los que las toman. El resultado del policonsumo es "imprevisible" y depende mucho de la persona y de las reacciones de su propio cuerpo, según indicó el director del CPD, Francisco Luque.

El perfil del cocainómano es el de una persona de entre 20 y 35 años, fundamentalmente un hombre con una normalización social elevada que consume esta droga por vía esnifada, aunque también se está atendiendo a pacientes que se pasan a la vía fumada, que tiene unos efectos aún más peligrosos, precisó Luque.

Actualmente existe el CPD que es el punto de partida de una red de centros distribuidos por Málaga. En la ciudad está Palma-Palmilla, El Palo (en convenio con la Cruz Roja), el de Proyecto Hombre y once más en la provincia, en Vélez, Mijas, Antequera, Ronda y Álora. A ellos se suman otros municipales en Estepona, San Pedro, Marbella y Fuengirola. Además, hay unidades de desintoxicación, viviendas de apoyo y comunidades terapéuticas.

En Andalucía, en el año 2004 estos centros de drogodependencias atendieron a 17.789 personas nuevas, lo que hizo que hubiera más de 25.000 en tratamiento. Las tendencias han variado mucho. En los años 80 el Plan Andaluz Contra las Drogas abordaba fundamentalmente la heroína. En 1987 se hablaba de la heroína intravenosa, que hoy representa al 10% de los toxicómanos.

En la última década se ha producido un cambio muy significativo en el tipo de droga y en cinco años hay más personas que consumen cocaína y que demandan tratamiento. En 2002 el porcentaje de petición de tratamiento por cocaína era de poco más de un 12%, en 2003 era del 18,73%, en 2004 de un 22,63% y hasta el pasado 31 de julio se alcanzaba casi el 21%, una cifra que a finales de año podría rozar el 30%, puntualizó el director del CPD, quien indicó que la media de edad de consumo de drogas es de 25 años. El de la cocaína, en los últimos tres años, se sitúa en 31 años mientras que en el cannabis la edad de consumo es de 23.

En este sentido, los consumidores de cannabis están vinculados con sanciones administrativas porque consumen en las calles y para no pagar las multas acuden a este centro asistencial.

Desde 1995 se ha producido una socialización importante de la cocaína, que antes se consideraba droga de elite que se consumía en eventos recreativos puntuales. Así, están los consumidores experimentados, los recreativos, los sociales y los abusivos, es decir, los dependientes. Destaca que la mitad de los cocainómanos consumen también alcohol, el 34,10% toman cannabis, el 19,87% mezclan la heroína con la cocaína y casi el 26% de los que toman coca también consumen otras sustancias prohibidas. Por lo tanto, se ve que el policonsumo de estupefacientes es una tónica habitual, lo que supone auténticas "bombas" para cuerpo y mente.

Atenciones. Los centros asociados al CPD atendieron en 2004 a 2.599 personas con problemas de adicción, de los que 2.207 eran hombres y 392 mujeres. Esto supuso un incremento del 3,8% respecto a 2003, atendiéndose el pasado año a 868 personas de nuevo ingreso. Los profesionales están muy formados y tienen experiencia.Según Luque, deberían impartirse cursos de experto en drogodependencias para paliar la carencia de profesionales, sobre todo en verano.