El Sindicato Nacional de Transportistas de Materias Peligrosas de Portugal desconvocó este jueves la huelga que se desarrollaba desde el lunes y que causó problemas al abastecimiento de combustible en el país durante los últimos días.

El ministro de Infraestructuras luso, Pedro Nuno Santos, anunció en una declaración a la prensa en Lisboa que la normalización "será gradual", después del acuerdo alcanzado entre el sindicato y la patronal Asociación Nacional de Transportadores Viales de Mercancías (Antram).

"La huelga acabó, no hay ningún obstáculo a que la normalidad vuelva", aseguró el ministro, que recordó que no será "inmediato" porque hay gasolineras que están completamente sin combustible.

El acuerdo alcanzado a primera hora de este jueves pone fin a una huelga que llevó al Gobierno portugués a declarar la situación de alerta por crisis energética y movilizar a militares y a las fuerzas de seguridad para asegurar el transporte de combustible.

La paralización afectó a conductores, aeropuertos, taxistas e incluso autobuses de transporte público, que durante el miércoles tuvieron que cancelar líneas ante la falta de carburante.

Las gasolineras fueron escenario de colas de varias horas durante dos días, en las que los conductores se lanzaron a repostar ante la incertidumbre de cuánto podría durar la huelga, que afectó al arranque de las vacaciones de Semana Santa.

Alrededor del mediodía del miércoles, más de 2.700 del total de 3.068 estaciones disponibles presentaban falta de gasóleo, gasolina o ambos.

El paro también afectó a los aeropuertos de Lisboa y Faro (sur) y llevó a más de 30 aviones portugueses a parar en el aeropuerto español de Sevilla para cargar combustible.

El Gobierno del socialista António Costa estableció servicios mínimos, entre los que se incluía un abastecimiento normal para hospitales, bases aéreas, bomberos, puertos y aeropuertos y un 40 % en las gasolineras -inicialmente sólo en Lisboa y Oporto, aunque la pasada madrugada fue ampliado a todo el país-.

El Ejecutivo llegó incluso a limitar a 15 litros por persona cada abastecimiento de carburante en las estaciones de servicio.

Con la huelga, que fue convocada por tiempo indefinido, los transportistas de mercancías peligrosas exigían que se crease una categoría profesional específica para estos trabajadores y mejorar así sus condiciones salariales.