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Prueba BMW M240i: a un paso de ser un M

El M240i xDrive destaca por la capacidad de tracción y un empuje delicioso de su motor 6 cilindros.

Prueba BMW M240i: a un paso de ser un M

Prueba BMW M240i: a un paso de ser un M

Telva Somoza Vázquez

Entregar las llaves del BMW M240i xDrive ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho este año. Me ha gustado y, por encima de todo, me ha sorprendido como pocos coches consiguen hoy en día. Todavía no conocemos el M2 de la generación G42 pero, tras esta prueba, la expectativa se ha duplicado y las dudas también: ¿Qué han guardado para el M2? La tracción trasera será su gran baza, como lo es el xDrive del M240i que hemos podido conducir en un curioso tono Thundernight metalizado.

Lo primero que deberías saber, antes de seguir leyendo esta prueba, es que la caja G42 no era de mis favoritas. La evolución estética de este Serie 2 me ha ido conquistando poco a poco, a medida que lo encontraba esperándome en el garaje de casa. Su silueta coupé es digna del pedigrí que rodea a este M240i pero el morro que nos enamora supone un hándicap de tamaño. Este nuevo Serie 2 mide 4,54 metros de largo por 1,83 metros de ancho y 1,39 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,74 metros y cuatro plazas reales en su habitáculo.

Este mismo capó alargado, muy necesario para dar cabida a su motor de 6 cilindros y 3,0 litros de cubicaje en posición longitudinal, era el punto fuerte. Las llantas de 19 pulgadas de radios dobles (553 euros) y su tono morado (1.077 euros), en combinación con las carcasas grises de los retrovisores tuvieron mucho que ver en esa conquista.

El interior es de altos vuelos tecnológicos y acabado con exquisito gusto gracias al paquete con cuero Vernasca Cognac, con extras como el ajuste lumbar del asiento M Sport y el reglaje eléctrico con memoria. Eso sí, para una persona de 1,60 m y tamaño reducido no tienen la sujeción ideal y acabé por bailar entre curvas, incluso en su ajuste más estrecho. No será un problema para la gran mayoría.

Como tampoco supondrá un punto negativo la excesiva sensación de velocidad que se vive en las plazas traseras, algo que comentaron unos amigos que tuvieron el placer (irónico) de viajar durante algunos minutos atrás.

Por lo que contaron, el sonido de los escapes y el tarado seco del eje trasero multiplica la percepción de riesgo. Motivo de más para recomendarlo a parejas, que podrán aprovechar los 390 litros de capacidad del maletero para disfrutar de un viaje con todo lo necesario y sin remordimientos.

Un deportivo para todo

Es habitual hablar de coches deportivos capaces de brindar el confort y la practicidad necesaria para el día a día. El BMW M240i no se ha ganado el apellido M, a secas, pero sí nuestro aprobado como Daily Car. Eso sí, la dureza de la suspensión y la dirección llegan con el paquete de emoción que luego deseamos para carreteras reviradas.

Unos puertos de montaña que son el hábitat natural de este Serie 2 vitaminado, con bloque 6 cilindros y 3,0 litros que rinde 374 CV a 5.500 revoluciones por minuto. Nada sería lo mismo sin este motor, de sonido bronco y empuje elástico, con gran presencia de par en la zona baja del cuentavueltas. Nada más y nada menos que 500 Nm entre las 1.850 y 5.000 rpm que le ayudan a firmar un 0 a 100 km/h en 4,7 segundos y velocidad punta limitada de 250 km/h.

Para que entendáis la relevancia de estos datos, el M2 de la generación anterior tenía 4 CV menos y es una décima más lento que el M2 CS pese a montar la caja Steptronic de convertidor de par. Es, de lejos, el único aspecto negativo de toda su configuración por su predisposición a las marchas altas en modo automático. Todo ello nos lleva a la pregunta del inicio: ¿Qué han dejado para el próximo M2?

Eficacia xDrive

Todavía no podemos contar nada sobre el futuro BMW M2 pero el trabajo de la firma bávara deberá estar a la altura de este M240i xDrive. Antes de pasar a describir las sensaciones en el modo Sport, en el que me moví el 80% del tiempo, me gustaría destacar el cambio significativo entre modos de conducción, especialmente con el modo Eco Pro. De consumos dinámicos alrededor de los 9,2 l/100 km pasé a los 5.8 l/100 km, así que puede ser tu único coche sin problemas.

Sin embargo, y no vamos a mentir, tener un BMW M240i en el parking es sinónimo de disfrute. Pronto me acostumbré al sonido bronco y agradable del seis cilindros, ayudado por los altavoces interiores, que se lucía con brío al activar el modo Sport Plus. Los “petardeos” al soltar acelerador son como una descarga eléctrica al corazón… lo vamos a echar de menos. No es un sonido macarra o exagerado, sino sofisticado.

Os hemos hablado de los datos de este M240i pero no servirían de nada sin la excelente puesta a punto de la suspensión deportiva M, con tren de rodaje específico Sport y el diferencial en el eje trasero. Respecto al Serie 2 convencional, tiene un mayor ancho de vías y una distancia entre ejes más larga, junto a una rigidez torsional 12% más elevada. Un conjunto de reajustes que lo hacen más capaz, radical y sensorial al volante. Un aro demasiado grande a mi gusto y de grosor considerable para unas manos pequeñas.

La tracción total xDrive es un insulto para los auténticos amantes de BMW pero hablo desde la razón y la eficacia: su actuación es intachable. Sobre todo para aquellos que no estén acostumbrados a los modelos de propulsión y sus reacciones inesperadas en el eje trasero. La versión trasera tendrá su público, más reducido y experto.

Sea como fuere, con este modelo serás más rápido y eficaz entre curvas, con una sensación de aplomo sorprendente y una tracción alucinante a la salida del viraje. Una estabilidad que te concederá la confianza necesaria para salir pie a fondo, dejando que la electrónica haga el resto para centrarte en la carretera y el disfrute.

La velocidad será la consecuencia y, por tanto, el sistema de frenos debe estar a la altura. En este caso, la unidad probada monta los M Sport con discos de 348 mm y pinzas de cuatro pistones en el eje delantero. Para un uso “normal” serán más que suficientes pero, en mi caso, el tono morado del disco reveló una fatiga importante tras completar el puerto de Cebreros. Motivo por el que es esencial refrigerar los frenos.

Dopamina M

No nos olvidamos de repasar los aditivos M de la unidad probada, entre los que destacamos las láminas activas de los riñones, necesarios para gestionar la refrigeración del motor en función de las necesidades. El alerón trasero es pequeño pero adecuado para su función aerodinámica, al tiempo que rinde homenaje a los clásicos como el M3 E46. Una historia que también vemos reflejada en el logotipo específico 50 Aniversario de BMW M.

Además, y como modelo capaz de cumplir en los trayectos al trabajo, no falta el confort y nivel de acabados de un modelo premium BMW. Todavía no han trasladado las enormes pantallas del BMW iX, pero sí contamos con un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y pantalla central de 10,25, a través de la cual gestionar la compatibilidad con Appple CarPlay y Android Auto. Ideal para poner tu lista de Spotify de Éxitos España, la preferida de Carlos Alcaraz, y disfrutar del sistema de audio firmado por Harman Kardon. ¿Su precio? Con los detalles estéticos y el paquete Innovation añadido, la unidad de pruebas cuesta 82.442 euros.