Son las últimas horas y los mineros llegan para emprender el último tramo hasta Julen. Descargan todas las herramientas necesarias para el rescate y se acercan hasta la boca del pozo paralelo. El agujero negro en el que se introducirán a 72 metros de profundidad. Lo harán en una jaula y de dos en dos. Con un hacha, una pala y un martillo neumático cada pareja cavará durante cuarenta minutos. La tierra que retiren caerá en una zona de caldera y al tiempo que avanzan reforzarán el techo y las paredes con postes de madera. Fuera los bomberos vigilarán que no haya ningún problema en la ventilación del conducto. La tarea puede suponer veinticuatro horas de esfuerzo y si el niño no ha sobrevivido será un equipo de la Guardia Civil el que baje hasta Julen... Son espeleólogos que utilizarán cámaras para documentar el lugar y la posición en la que se encuentra el menor. Datos necesarios para investigar cómo cayó al pozo.