A través de unos tubos se ventila el pozo para que los mineros trabajen con garantías. En todo momento están pendientes de los medidores de gases y si la concentración de oxígeno baja del 19% entonces activan los equipos de respiración autónoma. Son unas mochilas que pesan 15 kilos y tienen autonomía para cuatro horas. Estos equipos están especialmente diseñados para rescates difíciles, a través de un circuito cerrado renuevan el aire.