Hoy los que mejor conocían a Laura la recuerdan con una sonrisa en la cara. Sus amigas de la infancia, como Alba. Sus últimos compañeros de Zamora, como José. O sus antiguas profesoras, como Rosa. Laura era una mujer decidida y se marchó a la otra punta del país. No dudó en presentarse a las oposiciones en Andalucía. Desde allí la llamaron hace dos semanas como interina. Le gustaba la fotografía, viajar y era una gran ilustradora. También era una mujer comprometida con el feminismo.