El caos hace tambalear el bastión de la democracia americana: miles de seguidores de Donald Trump quieren revertir su derrota a la fuerza. Invaden los alrededores del Capitolio, traspasan violentamente la barrera policial y se aproximan aún más; ni los gases lacrimógenos pueden reducirlos. Los ultras toman momentáneamente el control, y avanzan con una Policía que está abrumada y que no puede hacer nada más que pedir ayuda. La sesión para ratificar a Joe Biden se detiene, los congresistas salen y las fuerzas de seguridad tratan de proteger el hemiciclo a punto de pistola. Más tarde, llegan los refuerzos: 1.100 agentes de la Guardia Nacional. Además, la ciudad decreta el toque de queda a las 18:00h, aunque muchos deciden no respetarlo para continuar con la lucha. Hay, al menos, cuatro fallecidos.