La Policía lo descubrió porque escuchó sus gritos pidiendo socorro. La voz del niño, desesperado, salía del interior de un autobús turístico. Trataron de rescatarlo por debajo del vehículo, pero sólo podía sacar los pies. Tuvieron que desmontar parte del suelo y, con mucha paciencia, consiguieron extraerlo. Tiene 15 años, es marroquí y se ha jugado la vida para llegar a España. Se coló en los bajos del autobús en Tánger aprovechando que la amortiguación estaba elevada pero, al bajar el nivel del vehículo, fue incapaz de salir. Ahora, ya a salvo, está bajo custodia de la comunidad autónoma.