El alcalde de Estepona, Antonio Barrientos, se quedó solo ayer en la defensa del derribo del inmueble que la promotora cordobesa Prasa posee en el paseo marítimo, y cuyas obras se encuentran paralizadas desde 2003.

Sus dos socios de gobierno (PA y PES) y el resto de grupos de la oposición abogaron ayer, en una junta de portavoces, a la que también asistieron representantes de la propiedad, por la continuación de los trabajos para la construcción de un hotel, aunque bajo los parámetros de la legalidad.

En este sentido, hay que recordar que las obras se paralizaron por un decreto de alcaldía por exceso de edificabilidad y porque las plazas de aparcamiento invaden una zona de la Empresa Pública de Puertos de Andalucía (EPPA). Además, el inmueble carece de la calificación para uso hotelero.

Por este motivo, Barrientos calificó ayer de "tácticas dilatorias" la opción del resto de partidos políticos, "ahora que se ultima un convenio para la demolición".

Este acuerdo, que ya se prevé en el futuro Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pasa por demoler un 60% del edificio, dejándolo en planta baja más locales comerciales. Como contraprestación, a la empresa se le concedería un aumento de edificabilidad en un suelo urbano que posee en la zona de San Antón, que pasaría de 10.000 a 25.000 metros de techo.

Respecto a los costes del derribo, aún se negocia con el Ministerio de Medio Ambiente, aunque también se estudia la posibilidad de que sea la promotora la que se haga cargo de los mismos.

El regidor no aclaró cuál de las dos posturas se llevará a cabo, aunque aseguró que los tres concejales del PA "están por la labor de apoyar la demolición de esta aberración, que es una pantalla urbanística". De esta forma obtendría el apoyo suficiente dentro del equipo de gobierno, al contar con los votos de nueve de sus 13 integrantes, ya que "la toma de decisiones corresponde al gobierno", dijo.

Por su parte, el primer teniente de alcalde y portavoz del PES, José Ignacio Crespo, consideró que la compensación edificatoria propuesta para la empresa en San Antón "supondría la misma aberración que se quiere evitar en el casco urbano". Además, aseguró que los técnicos explicaron durante la reunión que las dificultades para proseguir con la construcción del edificio hotelero "no son insalvables".