Ni siquiera las viviendas irregulares de Marbella se libran de pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), una obligación fiscal de la que se nutren las precarias arcas municipales que, en el último año, se embolsaron más de 80 millones de euros con su recaudación.

Un total de 3.800 nuevas altas en el padrón de la dirección general de catastro permitirán aumentar esta cantidad de cara al próximo año. "Hemos pasado de 159.200 inmuebles inscritos a 163.000", desveló ayer la alcaldesa del municipio, Ángeles Muñoz.

Estas fincas urbanas no estaban incluidas en el padrón y, por tanto, sus propietarios no pagaban. "La construcción ha sido tan irregular en los últimos años que eso ha permitido que hubiera casas que no estaban dadas de alta", explicó a este diario el responsable de Hacienda y Personal, Carlos Rubio.

Rubio indicó que la subsanación de este error es fruto de una dura labor de investigación llevada a cabo por los empleados municipales. La principal técnica empleada ha sido la de cotejar fotografías aéreas con el propio padrón.

"La mayoría son inmuebles que no se ajustan al planeamiento vigente", según el responsable de Hacienda, quien aclaró que este hecho no les exime de cumplir esta obligación fiscal que, además, deberán cumplir con carácter retroactivo, ya que se les exigirá el pago de IBI correspondiente a los cuatro años anteriores.

Incorporaciones. La portavoz socialista, Susana Radío, explicó que el hecho de que se hayan aumentado en 4.000 el número de viviendas dadas de alta no es un dato excepcional. "En los últimos ocho años, el número de inmuebles inscritos en el padrón ha aumentado a razón de una media de entre 6.000 y 8.000 anuales".

En cualquier caso, entre las nuevas incorporaciones al listado catastral y el resto de tributos recaudados, el Ayuntamiento prevé incrementar sus ingresos en esta materia este año y pasar de los 105 millones de euros de 2007 a alrededor de 120, para cerrar el presente ejercicio. Una estimación "demasiado optimista", según el PSOE.