«Si hubiese llegado antes, seguramente ni mi padre, que falleció hace mes y medio, ni yo hubiéramos sufrido tanto», lamenta Francisca Rosales, una vecina de Mijas que ayer asistió a la formación teórico-práctica que ofrece el Prevebús de la Dependencia, una caravana que la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía puso en marcha el pasado mes de abril y que, desde entonces, recorre las carreteras y ciudades de los principales núcleos poblacionales andaluces.

Sin embargo, Francisca Rosales, pese a que pueda parecer lo contrario, dice eso con alegría. Ahora sabría cuidar a una persona que necesitara ayuda para realizar funciones básicas como comer o sentarse, y ella estaría tranquila porque sabría que, además de que lo estaría haciendo bien, no se estaría lastimando a sí misma.

«Cuando se ayuda a una persona con dependencia hay que tener en cuenta que se hace un esfuerzo físico y psicológico. En el Prevebús incidimos, justamente, en esos dos aspectos de tal manera que, los dolores de espalda o las depresiones, entre otras dolencias, se minimicen a cero», explica Sara García, directora del Área Territorial de Empleo de la Junta.

Se trata de «concienciar a estas personas de la necesidad de cuidarse a sí mismas, además de a quienes están cuidando», añade.

Así, por esta peculiar caravana pasan a diario más de 60 personas que tienen, han tenido o trabajan con personas que no pueden valerse por sí mismos.

«Te puede pasar a ti»

Es el caso de Gloria Sánchez. Pasó el último año y medio cuidando de su padre que sufrió una isquemia cerebral y, posteriormente, un cáncer del que falleció hace un mes. «Lo pasaba muy mal porque cada vez que trataba de moverlo rabiaba de dolor y yo me sentía muy impotente al ver que no sabía cómo ayudarlo; por eso, como nunca sabes lo que puede pasar mañana, creo que iniciativas como ésta deben aprovecharlas todo el mundo», dice.

Luis Fernández no tiene ningún familiar que necesite de estos cuidados pero su anhelo es dedicarse a cuidar a otras personas dependientes. «Soy maestro y creo que este curso complementa mi formación y podría ayudar como voluntario en centros especiales, ya sea con niños o con mayores», dice ilusionado con su diploma.

Y es que todos los que pasan por el Prevebús se llevan su acreditación de haber realizado el curso teórico-práctico de prevención de riesgos. «Son dos horas, una teórica y otra práctica, en la que se enseñan técnicas para cuidar a estas personas sin dañarse a sí mismo», explica Marisa Verjano, monitora que imparte estos cursos.