Dos nuevas crías de asno nacieron el pasado 29 de junio en Fuente de Piedra (Málaga), donde se encuentra la protectora El refugio del burrito, pollinos hijos de las burras Romina y Romera --acogidas el pasado verano-- que se unen a unos diez mil ejemplares que existen actualmente en Andalucía.

El director de la mencionada asociación, Iván Salvía, manifestó a Europa Press que, como especie, el burro no se encuentra en peligro de extinción, aunque sí es cierto que "queda mucho camino por recorrer en Andalucía", ya que hay particulares que tienen asnos y que "no tienen constancia de que tienen que identificarlos". Así, el pasado año "no había registrados ni siquiera 140" asnos de raza andaluza, algo a lo que contribuye que hasta abril de 2007 la Junta de Andalucía no había exigido inscribir a todos los equinos de la Comunidad en un registro y que "todos ellos contaran con un microchip".

Del mismo modo, Salvía señaló que, de las "tres grandes razas" que hay actualmente en España, la catalana, zamorano-leonesa y andaluza, esta última es "la más amenazada" en cuanto a ejemplares inscritos, pues la catalana cuenta con unos 400 ejemplares inscritos y la zamorana, "la más avanzada, que supera el millar de burros".

Asimismo, indicó que existen otras tres "razas menores" de este animal equino, que tiene una esperanza de vida media de 30 años, como son la mallorquina --Palma de Mallorca--, la de Encartaciones --País Vasco-- y la Majorera --Islas Canarias--, aunque "quedan muy pocos asnos de estas tres razas", apuntó.

LA ASNOTERAPIA

Según aseveró el director de El refugio del burrito, "más de 250 personas con discapacidad física y psíquica, la mayoría niños, se han beneficiado de la asnoterapia desde 2007" en su asociación, puesto que desde este año se incorporó la técnica con fisioterapeutas en el centro, a pesar de que se conoce desde hace unos 40 años.

De esta manera, Salvía explicó que "el uso de los burros para hacer terapia siempre ha tenido bastante dificultad por la concepción cultural que tiene la sociedad con respecto a este animal", sin embargo, se trata de una terapia que sirve de estímulo a las personas que padecen una discapacidad motórica severa o autismo entre otras anomalías.

Atendiendo a esto, mencionó que la asnoterapia ayuda a "limpiar las vías respiratorias" a los enfermos que sufren la mencionada discapacidad y que tienen una mayor dificultad para toser. Así, afirmó, la técnica consiste en "montar al niño boca a bajo sobre el lomo del burro, del que aprovecha la temperatura, que es de 7,2 grados centígrados". Esto, unido al movimiento del burro cuando camina, hace que "todas los fluidos del pulmón salgan hacia fuera y se expulsen".

Por otro lado, la asnoterapia también beneficia a los niños autistas, y es que, a través de juegos con los que se realizan ejercicios de terapia, los menores "mejoran su estado de humor", pues además, "va aumentando su autoestima y su capacidad de convivencia al ir superando diferentes retos", con lo que "desarrollan la comunicación y capacidad de empatía" con el resto.

Así, las sesiones de esta terapia, con carácter gratuito para los pacientes, se llevan a cabo en su mayoría, comentó Salvía, en las instalaciones que el Ayuntamiento de la capital cordobesa ha cedido, por convenio, a El refugio del burrito.

DIFICULTAD PARA EXTENDER LA TERAPIA

No obstante, el director de la asociación de asnos comentó que a la misma "ha afectado la crisis, pues en el último año se ha ingresado un diez por ciento menos, se han realizado meno apadrinamientos y menos donativos", por lo que su intención de extender la asnoterapia a otros centros educativos se ha visto mermada.

En esta misma línea, Salvía dijo que su protectora, sin ánimo de lucro, se mantiene "únicamente por las donaciones y los apadrinamientos, sin los cuales la asociación no podría continuar con su labor de acogimiento de burros y terapia" entre otros.