La fundación La Caixa rubricó ayer dos convenios en Málaga por un valor total de 28.800 euros y dirigidos a la Federación Malagueña de Asociaciones de Drogodependencias (Femad) para el funcionamiento de un servicio socio-jurídico para atender a las personas con problemas de drogas y, a la Asociación de Discapacitados de Cártama, Adiscar, para un servicio de tratamiento psicológico y social para discapacitados en el ámbito rural.

¿Qué persigue este proyecto?

Se trata de proporcionar tratamiento psicológico a los discapacitados en el ámbito rural, dando servicio a toda la comarca y ofreciendo además posteriormente una atención integral que abarque el tema laboral, familiar, formativo y de ocio. Es un proyecto cofinanciado entre La Caixa, que nos da 15.000 euros, y la propia asociación Adiscar, que pone la furgoneta, el conductor y se encarga de traer a los usuarios.

¿A qué personas va dirigido?

Sobretodo a las que han adquirido una discapacidad de forma reciente que puede ser por un accidente de tráfico o un siniestro laboral y a los gravemente afectados. Ellos se encuentran en un entorno hostil y, además, hay que tratar a la familia, que también tiene que salir del bache. Muchas veces no saben cómo tratarlos, qué decirles o incluso qué hacer. Para ellos también es un trauma. Con este proyecto vamos a llegar a todas esas personas para decirles que han adquirido una discapacidad pero que tienen toda una vida por delante y que siempre hay una puerta abierta a la esperanza y que estamos nosotros ahí para informarles, apoyarles y ayudarlos a sacarlos hacia adelante. Se trata de incentivarlos para que continúen con la vida y orientarlos para que una vez superen la etapa inicial entren en el mundo laboral.

¿Es la primera vez que se pone en marcha esta iniciativa?

Llevamos ya bastante tiempo y con resultados muy buenos ofreciendo este servicio en la federación de discapacitados [de la que es presidente] y hemos visto la necesidad de hacerlo en la zona del Valle del Guadalhorce, porque hemos observado que en el entorno rural requieren más apoyo. Nos ha venido aprobado el proyecto por parte de La Caixa y esperamos también unos resultados óptimos.

¿Cómo tratar a una persona que sufre este shock?

Lo más importante es la atención psicológica cuando llega esa persona y tiene que adaptarse a la nueva situación. Para ellos es primordial la ayuda de un profesional. Ahora podremos contratar a una psicóloga y a una trabajadora social.

¿Y qué cometido desempeña la trabajadora social?

Se encarga de la orientación para la formación, el trabajo o el ocio y el tiempo libre. Se trata de que vean que hay gente con discapacidad que siguen con sus vidas con normalidad y que se casan y siguen viviendo. También les informan de las ayudas individuales, de la Ley de Dependencia y les arreglamos los papeles y las solicitudes.

¿A cuántas personas estiman que llegará esta atención psicológica y laboral?

Daremos cobertura a toda la comarca. Con este dinero serán unos tres meses o así. Hemos readaptado el contrato a cuatro horas diarias para que abarque más tiempo y si vienen otras vías de financiación pues lo ampliaremos. El servicio puesto en marcha por la federación atiende a unas 350 personas y en la comarca, donde no se ha dado esta atención como tal a ningún usuario, pues esperamos que el número sea importante. Entidades como La Caixa nos permiten que reforcemos mucho el trabajo de nuestras organizaciones y mucho más ante etapas duras como la actual a causa de la crisis.