Un manantial de aguas sulfurosas cálcicas magnésicas fue descubierto a principios del siglo XIX procedente de la sierra Blanquilla, en Carratraca. Esa fuente de salud forma parte hoy día del considerado mejor Spa Hotel de España, según la organización World Travel Awards 2012: el Villa Padierna Thermas de Carratraca.

Estas termas, que en este momento pertenecen al grupo hotelero Villa Padierna Hotels & Resorts, comenzaron su andadura a mediados de siglo declaradas de utilidad pública, pero no fue hasta 1855 cuando comenzó a funcionar el edificio del balneario, de estilo neoclásico, construido en piedra arenisca y mármol. De hecho, a lo largo de su historia ha sido visitado por figuras de la realeza y aristocracia europeas como el rey Fernando VII de España, la Emperatriz María Eugenia, esposa de Napoleón III o Lord Byron. También pasaron por allí Alejandro Dumas, Campoamor, Vicente Aleixandre y más recientemente Antonio Banderas y numerosos futbolistas, tal y como informó el director de operaciones del Spa Hotel, Mark Laderman.

Pero, las propiedades de este agua ya fueron conocidas por los romanos, e incluso por los árabes, y ahora «realizamos numerosos tratamientos siempre con la misma agua», cuenta la directora del Spa, Mercedes Talavera.

En cinco piscinas, a diferentes temperaturas, los clientes pueden disfrutar de un circuito termal en el que pasan de unos 18 grados a 38 grados para «activarse o relajarse». «El agua fría conlleva la vasoconstricción y con la caliente, la vasodilatación, por lo que se realiza un masaje fisiológico a través de la temperatura del agua», explica Mercedes.

Este agua está indicada para afecciones respiratorias, de la piel, hepáticas, del sistema nervioso; procesos ginecológicos o postoperatorios, reumatismo, patología articular o procesos inflamatorios crónicos, traumatología, patologías digestivas, odontoestomatología, trastornos metabólicos, estrés y ansiedad, según narra Talavera, quien precisa que, además,este agua también «es muy beneficiosa en la salud preventiva», ya que tomar agua sulfurosa baja el nivel del colesterol malo LDL y «es muy recomendable para desintoxicar el hígado».

Por ello, existen numerosos y diversos tratamientos en este centro «para salir como nuevo», señala Mark Laderman, mientras Mercedes Talavera resalta la importancia de una «buena dieta y mediterránea» para completar «la purificación». Así, por ejemplo, se puede disfrutar de bañeras termales de hidromasaje, duchas de chorros a presión, duchas circulares, fango local, duchas vichy, aerosoles e incluso, el mismo agua del manantial bebida «para purificarnos», precisa Talavera.

En este edificio del siglo XIX, de 1.800 metros cuadrados, asentado en las faldas de la sierra Blanquilla, al pie del manantial, que aún conserva su misma fuente, «lo único que se ha cambiado es la canalización», bromea Laderman. Además, cuenta con 43 habitaciones, 26 de lujo, tres junior suite y dos suite y desde la piscina exterior se puede divisar la sierra de Alcaparaín. Cuenta con varias terrazas, un patio interior y cuatro salones con una decoración propia del «neoclasicismo» tal y como explica Laderman, quien asegura que «no hay un lugar como éste».