Este grupo de investigadores ha realizado su labor sin ninguna aportación pública, tan sólo con alguna ayuda privada y con el apoyo de la Asociación Cultural Medioambiental Jara de Coín, publicando sus hallazgos en el Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa.

De hecho sus descubridores guardarán en secreto la ubicación exacta de la familia de los nevrórtidos. «Esta información tampoco será facilitada a la Administración, tanto autonómica como estatal, por no estar capacitadas para la conservación de esta especie», afirma Óscar Gavira.

El investigador explicó esta decisión porque «tal y como han demostrado con los recortes tanto en materia de ciencia como de medio ambiente, y como muestra el devastador incendio que asoló el lugar donde se han producido los hallazgos, la mejor protección que se puede aplicar es la conservación de su hábitat, puesto que siempre ha estado allí y así ha llegado hasta nuestros días, después de millones de años».

En este sentido, los investigadores desconocen los efectos que el incendio del pasado verano ha podido ocasionar a esta especie».