La empresa Procavi controla ya casi el 50 por ciento de la producción de carne de pavo a nivel nacional convirtiéndose en líderes del mercado. Así, lo aseguró ayer el director general de la marca, Alfonso Serrano, que acompañó al delegado de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Javier Carnero, en su visita a la planta incubadora de pavos que tiene la empresa en la localidad malagueña de Campillos.

La puesta en marcha de esta infraestructura ha permitido a Procavi tener una capacidad productiva superior a los 250.000 huevos semanales. «Está dotada de un sistema de incubación que simula las condiciones naturales de un nido. Este parecido es posible gracias al control de la temperatura, la humedad y el nivel de dióxido de la instalación, por un lado; y a la imitación del papel de las madres en el nido, por otro, ya que los huevos se voltean cada 60 minutos como harían las aves durante la incubación», dijo el director.

Junto a esta planta, en Cañete la Real se encuentra el centro de multiplicación que permite reunir tres millones de huevos al año, y se divide en dos núcleos: la zona de cría donde los animales permanecen las primeras 30 semanas y el espacio de puesta, donde los pavos viven otras 30 semanas.

Procavi, firma integrada en el Grupo Fuertes, alcanzó el pasado año una facturación de 163 millones de euros, produciendo el año pasado más de 70 millones de kilos de carne que equivalen a cerca de nueve millones de pavos procesados. En cuanto a la plantilla de empleados, esta empresa supera, entre puestos directos e indirectos, los 1.500 trabajadores en Andalucía.

Carnero destacó los distintos proyectos que Procavi ha puesto en marcha en sus instalaciones para dotarlas de las últimas tecnologías de gestión medioambiental entre las que se encuentran una planta de cogeneración eléctrica y una depuradora de aguas residuales. «Reutilizamos este recurso para lavados y riego de las instalaciones, reduciendo así tanto los costes como el impacto ambiental de estas acciones, y gracias a la planta de aprovechamiento de subproductos, los residuos que genera su industria alimentaria ubicada en Marchena (Sevilla) se convierten en energía y abono. A esto se suma una planta de cogeneración que funciona con gas natural y cuenta con capacidad para generar un megavatio de electricidad», explicó Serrano.