­La quinua o quinoa es un pseudocereal, perteneciente a la familia de las espinacas, cuya demanda se ha triplicado en el último año en Perú, uno de los países junto a Bolivia o EEUU, que concentran la producción mundial de este alimento que originariamente consumían los incas.

La creciente demanda que ha llegado a desbordar a los principales productores, así como las múltiples propiedades de la quinoa, al ser considerado un «superalimento» han motivado a una empresa Antequera a introducir en Europa la primera planta de quinoa del continente.

Así, la empresa familiar Sola de Antequera, que comercializa sus productos con la marca Alsur, lleva 20 años en contacto con Perú. La casualidad llevo a José Jiménez, gerente de la empresa, a conocer a un agricultor peruano y a iniciar una aventura empresarial con dos fábricas en Arequipa y Cusco (Perú) que ya llevan dos décadas produciendo espárragos, pimiento de piquillo y alcachofa.

Alsur decidió ponerse manos a la obra hace dos años realizando pruebas en tierras malagueñas y el resultado parecer ser muy fructífero. «El cultivo de quinoa se adapta perfectamente a las condiciones de temperatura y las lluvias son ideales», asegura Jiménez, quien declara que «por el clima Perú o Bolivia sufren problemas con plagas de insectos y de hongos, pero aquí en España por el clima más seco y caluroso es perfecto para cultivar el producto».

Unos 150 agricultores de quinoa La nueva fábrica de Alsur, cuya infraestructura comenzará a levantarse en febrero, rondará los 3,5 millones de euros de inversión, con la previsión de producir unos 6 millones de kilogramos de quinoa. La plantación de este complemento alimenticio comenzará entre el mes de enero y febrero en las 1.500 hectáreas con las que cuenta Alsur, suponiendo la contratación de unos 150 agricultores, dedicados a la habas y las judías, que serán asesorados por expertos peruanos.

No obstante, no será hasta el mes de junio cuando se recoja la quinua y abra sus puertas la planta, que constará de 1.500 metros cuadrado ocupados por un proceso mecanizado.

De este modo, del campo la quinoa pasará a las torvas de recepción para proceder a su limpieza (eliminar impurezas, calibrar, así como pasar por un detector de color para que todos los granos sean homogéneos), y posteriormente ser secados sus granos para eliminar la humedad (hasta alcanzar el 12 por ciento). El último paso llevará al pseudocereal a los seis silos de la fábrica para ser almacenados hasta que se vayan vendiendo.

En este sentido, los principales consumidores son China, Japón, Canada, EEUU, Australia o Europa y hasta estos lugares pretende llegar la quinoa que se producirá en Antequera, mediante envases que pasarán de unos gramos hasta los 25 kilogramos, con un coste aproximado de dos euros el kilogramo. Según explica el gerente de Alsur «lo que se encuentra ahora en el mercado es quinoa orgánica» y su plantación pretende esta libre al 100 por cien de pesticidas.

La quinoa suele consumirse en sopas, ensaladas, croquetas, e incluso como hamburguesas o para hacer leche. Una receta básica es utilizarla para reemplazar el arroz o las pastas, cociendo el grano hasta que quede blando.

Alsur cumple 25 años dedicada a la producción de judía verde, haba frita, coliflor, acelga, espinacas, zanahoria, champiñones o setas en conserva. Más 80 personas trabajan en Antequera, sin contar al centenar de agricultores. Desde hace dos décadas 1.000 personas están contratadas en las dos fábricas con las que Alsur cuenta en Perú.

La futura fábrica de quinoa avanza a pasos agigantados, y es que el Ayuntamiento ya tiene en sus manos el proceso de trámite para aprobar su construcción.