Un hombre de 73 años ha sido condenado a cinco años de prisión por matar a su hijo a golpes con una machota y después trasladarlo a su habitación, limpiar los restos de sangre y ponerse a ver la televisión.

El magistrado presidente del tribunal de jurado ha apreciado el agravante de parentesco y la eximente incompleta de obcecación o arrebato, según han indicado a Efe fuentes judiciales.

El crimen fue cometido el 17 de enero de 2014 en el domicilio familiar en la localidad malagueña de Antequera aprovechando que su mujer había salido y que su otro hijo estaba durmiendo la siesta.

Después de comer, sobre las 15.30 horas, "sin que mediara ningún tipo de discusión", el procesado cogió una machota que tenía en su dormitorio y se dirigió al salón donde estaba su hijo tumbado en el sofá viendo la televisión.

Una vez en el salón, el acusado se acercó por la espalda a su hijo y con intención de acabar con su vida lo golpeó varias veces en la cabeza.

Tras cometer el crimen, el acusado limpió los restos de sangre del salón y trasladó el cuerpo de su hijo a su dormitorio.

Sobre las 17.30 horas se personó la Policía Local que había acudido para controlar el cumplimiento de la pena de localización permanente impuesta a la víctima, momento en el que el acusado reconoció que había golpeado a su hijo con una machota.

Durante el juicio, el abogado defensor pidió la libre absolución de su cliente y aseguró que la convivencia era insostenible al punto de que el acusado había denunciado a su hijo y había pedido que lo internaran, aunque el caso se archivó y encima el hijo fue condenado a 25 días de localización permanente.