­Una banda especializada en cometer robos violentos mediante engaños ha sido desarticulada por la Guardia Civil en una operación que se ha desarrollado en Córdoba, Albacete y Málaga, provincia esta última en la que se le atribuye un golpe. Según el instituto armado, la investigación se activó a mediados del año pasado, cuando unos empresarios sevillanos denunciaron el robo de cerca de 200.000 euros poco después de que un hombre que dijo pertenecer a un grupo cordobés contactara con ellos para venderles unos inmuebles a un precio muy atractivo. Para ello, exigieron hacer la transacción para evitar llamar la atención de las autoridades tributarias.

Urdido el engaño, concertaron una reunión para la venta de los inmuebles en un local del municipio de Pizarra que el grupo había alquilado previamente para dar mayor credibilidad al plan y donde finalmente se produjo el encuentro. Al entrar en la oficina, las víctimas fueron sorprendidas por dos encapuchados armados con pistolas. Tras golpearlas repetidamente, las maniataron, amordazaron y encerraron en el local antes de sustraerles un maletín con cerca de 200.000 euros en efectivo y otros efectos personales. Después de librarse de las ataduras por sus propios medios, los empresarios denunciaron los hechos a la Guardia Civil, cuya investigación ha culminado recientemente con la detención de los cuatro integrantes de la organización. Los arrestos, según las fuentes, se efectuaron en Pizarra, Puente Genil (Córdoba) y Villarobledo (Albacete), y en los registros se localizaron armas de fuego, un chaleco antibalas, pasamontañas, bridas iguales que las utilizadas para maniatar a los empresarios de Pizarra, más de 100.000 euros falsificados, 5.000 euros en billetes de curso legal y varios teléfonos móviles, entre otros efectos. De estas actuaciones se desprende que el grupo estaba preparando otro golpe relacionado con una transacción de dinero, ya que se ha encontrado un maletín con fajos precintados de billetes de 500 euros falsificados junto con otros de curso legal. El grueso de estos fajos era papel moneda sin imprimir y por lo tanto, sin ningún valor, lo que hacía más difícil la identificación del engaño.