La agricultura es una actividad de vital importancia en el interior de la provincia de Málaga, pero también tiene sus consecuencias sobre los acuíferos. Así lo demuestra un estudio sobre protección de las aguas subterráneas frente a la contaminación realizado por el el Grupo de Hidrogeología de la UMA. Las investigaciones ponen de manifiesto que algunos acuíferos tienen concentraciones muy altas de nitratos, superando con creces el límite establecido, mientras que en zonas del Guadalhorce y la Vega de Antequera también se ha detectado sulfato amoniacal y nitrosulfato amónico, debido al uso de fertilizantes. No obstante, según aclaró en un comunicado de la Universidad la doctora Urresti, este hecho no influye en el consumo humano, ya que ese caudal se suele utilizar para regadío.

Otro factor que también influye en la calidad de los acuíferos es el uso por parte de los ciudadanos de sustancias como los fármacos o los productos de higiene personal, que pueden terminar contaminando los caudales subterráneos. El efecto de esos compuestos en las aguas del río Guadalhorce es, de hecho, objeto de un estudio que el grupo de Hidrogeología está desarrollando desde hace siete años.

La investigación sobre la proteccción de las aguas subterráneas que lleva a cabo la Universidad de Málaga ha tomado muestras durante los últimos ocho años en más de 30 puntos del río Guadalhorce, un trabajo que se ha realizado con una metodología novedosa y que se ha publicado en la revista Science of the Total Environment.

La técnica, que permite identificar las sustancias contaminantes y también cuantificarlas, analiza la señal isotópica de las fuentes de contaminación para así conocer la procedencia y el porcentaje de cada contaminante en el agua.